A pesar de que los cinco jóvenes que murieron esta madrugada al incendiarse el vehículo en que viajaban en la autopista Las Américas, estaban acostumbrados a salir y a divertirse, sus familiares y amigos no entienden por qué se dirigían a la Playa de Boca Chica a las cuatro de la madrugada. No salen del asombro.
Mientras los parientes esperaban los cadáveres en Patología Forense, sus rostros evidenciaban una profunda tristeza, los lamentos y las lágrimas no se hacían esperar. Entre ellos se preguntaban qué iban a ser los muchachos en esos predios, y suponen que habían ingerido mucho alcohol.
Samanta Jiménez, Esterlin García Ramírez, Juan Abel Suero Paulino y Carmen Leticia Pineda, residían en el sector de Cristo Rey, y eran considerados por sus vecinos como jóvenes “que no se metían con nadie”.
Mientras que el conductor de la furgoneta pequeña marca Daihatsu Hijet, placa L148418, quien también murió, fue identificado como Víctor Manuel Mercedes, vivía en la avenida Lope de Vega.
El vehículo era propiedad de un primo de Mercedes, según contó su hermano, Julio. “Iban acelerado y bebidos. Yo no sabía que él iba a salir; lo vi ayer y le dije que no esté jodiendo en la calle”, recuerda entre lágrimas.
La comunidad de Cristo Rey se unirá en la Calle 37 de ese sector donde vivían tres de los fallecidos para darles el último adiós.
Mientras que el único sobrevente del accidente, Jonas Alejandro Paulino Frías, de 22 años está ingresado en la Unidad de Quemados del Hospital Luis E. Aybar, hasta el momento con un pronóstico reservado. Supuestamente el joven tiene sus piernas con quemaduras.
El grupo había estado ingirieron bebidas alcohólicas desde tempranas horas y en la madrugada se dirigía a la playa de Boca Chica, cuando el vehículo se estrelló contra una mata de coco y luego se incendió.
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