La muerte de Eddy D’Oleo, una de las seis personas hospitalizadas tras la explosión en la envasadora Sol Gas, en La Esperanza, Los Ríos, mantiene a la comunidad unida en un sólo sentir: se oponen a que la planta de gas continúe sus operaciones en la zona residencial. El paciente, de 40 años, sufrió un edema agudo del pulmón que fue imposible revertir, dada la situación crítica que presentaba, informó el doctor Eddy Bruno, encargado de la Unidad de Quemados, que funciona en el hospital Ney Arias Lora.
El deceso de Eddy D’Oleo, quien se dedicaba al oficio de taxista, ha consternados a los residentes de La Esperanza, luego de la explosión que sorprendió a este sector la mañana del pasado martes dejando un ambiente de desolación.
Las secuelas del acontecimiento, para muchos de los afectados, serán imborrables. Aún permanecen en cuidados intensivos, en “estado crítico”, cinco personas. La comunidad pide ayuda. No sólo material, también exigen ser evaluada médicamente. Creen que el gas que inhalaron podría causarles daños a su salud. Ayer, una niña de 10 años salió de su vivienda a buscar ayuda para su madre que se encontraba sin fuerzas para levantarse de la cama. Con voz débil, Mery Belliard dijo a elCaribe que es asmática y que no podía respirar.“Mi mama se puso mala después de lo que pasó”, dijo la niña.
Mientras, la envasadora de gas se mantiene cerrada, policías vigilaban el perímetro donde está ubicada. Se observó que en su interior se realizaban labores de limpieza. Ante el panorama descrito, residentes del sector La Esperanza creen que no pasará mucho tiempo para que la empresa reinicie sus labores, y aseguran no lo permitirán.
El presidente de la Junta de Vecinos Unión y Progreso, Luis Alfredo Arnaud, dijo que, en lo personal, se opone a que la empresa continúe operando en el área.
“Ya tenemos vida humana perdida. Se puede ver que la planta le está dejando pérdida al sector. Aparte de que nos ha dejado daños materiales, también hay una vida perdida, que no hay con que pagarla. No hay con que reponer una vida en este mundo”, dijo. El dirigente comunitario, que se ha mantenido sosteniendo reuniones con representantes de la empresa Sol Gas, a fin de contabilizar los daños sufridos por el siniestro, dijo que a partir de la muerte de Eddy D’Oleo, corresponde al sector permitir si opera o no la envasadora de gas en la zona.
Algunos de los comunitarios admiten haber ocupado el área después de la instalación de la empresa, en 1993, otros aseguran que la habitaron antes de que Sol Gas iniciara sus operaciones.
Leonila Martínez manifestó que de ninguna manera se quedaría en el barrio si se imponen las operaciones de la planta. “La bomba no estaba ahí cuando yo me mudé. Tengo 27 años viviendo en esa casa. Mi casa está en el suelo, todo se perdió, la mía y la de mis hijas”, expresó.
Sin embargo, Julio Aybar explicó que cuando se mudó al sector La Esperanza, hace 9 años, la bomba estaba instalada. Expresó que le genera preocupación estar tan cerca de una planta de gas.
Empresa se responsabiliza; Industria y Comercio pide revisión reglamento
El Ministerio de Industria y Comercio informó que la empresa Sol Gas cuenta con los requisitos necesarios para operar. El titular de la institución, José del Castillo Saviñón, instruyó al Instituto Dominicano para la Calidad a revisar el reglamento número 2119, sobre regulación y uso de gases licuados de petróleos (GLP), el cual data del 29 de marzo del año 1972, a los fines de su actualización.
Igualmente, dispuso evaluar las medidas preventivas y las normas de calidad requeridas, para los equipos utilizados en la operación de plantas envasadoras, tanques de almacenamiento y transporte de GLP. Para tales fines, convocó, para este próximo miércoles, a representantes de diversas instituciones gubernamentales, municipales y privadas ligadas al sector.
Por su lado, la empresa Sol Gas, a través de un comunicado publicado en varios periódicos de circulación nacional, se responsabilizó en asumir los gastos clínicos y materiales de los afectados con la “deflagración”.
El deceso de Eddy D’Oleo, quien se dedicaba al oficio de taxista, ha consternados a los residentes de La Esperanza, luego de la explosión que sorprendió a este sector la mañana del pasado martes dejando un ambiente de desolación.
Las secuelas del acontecimiento, para muchos de los afectados, serán imborrables. Aún permanecen en cuidados intensivos, en “estado crítico”, cinco personas. La comunidad pide ayuda. No sólo material, también exigen ser evaluada médicamente. Creen que el gas que inhalaron podría causarles daños a su salud. Ayer, una niña de 10 años salió de su vivienda a buscar ayuda para su madre que se encontraba sin fuerzas para levantarse de la cama. Con voz débil, Mery Belliard dijo a elCaribe que es asmática y que no podía respirar.“Mi mama se puso mala después de lo que pasó”, dijo la niña.
Mientras, la envasadora de gas se mantiene cerrada, policías vigilaban el perímetro donde está ubicada. Se observó que en su interior se realizaban labores de limpieza. Ante el panorama descrito, residentes del sector La Esperanza creen que no pasará mucho tiempo para que la empresa reinicie sus labores, y aseguran no lo permitirán.
El presidente de la Junta de Vecinos Unión y Progreso, Luis Alfredo Arnaud, dijo que, en lo personal, se opone a que la empresa continúe operando en el área.
“Ya tenemos vida humana perdida. Se puede ver que la planta le está dejando pérdida al sector. Aparte de que nos ha dejado daños materiales, también hay una vida perdida, que no hay con que pagarla. No hay con que reponer una vida en este mundo”, dijo. El dirigente comunitario, que se ha mantenido sosteniendo reuniones con representantes de la empresa Sol Gas, a fin de contabilizar los daños sufridos por el siniestro, dijo que a partir de la muerte de Eddy D’Oleo, corresponde al sector permitir si opera o no la envasadora de gas en la zona.
Algunos de los comunitarios admiten haber ocupado el área después de la instalación de la empresa, en 1993, otros aseguran que la habitaron antes de que Sol Gas iniciara sus operaciones.
Leonila Martínez manifestó que de ninguna manera se quedaría en el barrio si se imponen las operaciones de la planta. “La bomba no estaba ahí cuando yo me mudé. Tengo 27 años viviendo en esa casa. Mi casa está en el suelo, todo se perdió, la mía y la de mis hijas”, expresó.
Sin embargo, Julio Aybar explicó que cuando se mudó al sector La Esperanza, hace 9 años, la bomba estaba instalada. Expresó que le genera preocupación estar tan cerca de una planta de gas.
Empresa se responsabiliza; Industria y Comercio pide revisión reglamento
El Ministerio de Industria y Comercio informó que la empresa Sol Gas cuenta con los requisitos necesarios para operar. El titular de la institución, José del Castillo Saviñón, instruyó al Instituto Dominicano para la Calidad a revisar el reglamento número 2119, sobre regulación y uso de gases licuados de petróleos (GLP), el cual data del 29 de marzo del año 1972, a los fines de su actualización.
Igualmente, dispuso evaluar las medidas preventivas y las normas de calidad requeridas, para los equipos utilizados en la operación de plantas envasadoras, tanques de almacenamiento y transporte de GLP. Para tales fines, convocó, para este próximo miércoles, a representantes de diversas instituciones gubernamentales, municipales y privadas ligadas al sector.
Por su lado, la empresa Sol Gas, a través de un comunicado publicado en varios periódicos de circulación nacional, se responsabilizó en asumir los gastos clínicos y materiales de los afectados con la “deflagración”.
Propagas aclara no tiene vínculo con propiedad
El presidente de Propagas, Arturo Santana, admitió la presencia de equipos y personal de su empresa en labores de “acompañamiento” en Sol Gas. Aclaró que el único vínculo entre las empresas es solamente comercial y de solidaridad. Dijo que Propagas le suple combustible a Sol Gas, por lo que la acción de enviar equipos a trabajar en el retiro de escombros obedece a un acto de acompañamiento. Asimismo, precisó que la presencia de Miguel Ángel Hernández, quien ha estado reuniéndose con líderes comunitarios, y cuyo carnet lo identificaba como encargado de Operaciones de Propagas, responde a un apoyo logístico. En ese sentido, informó que Propagas no tiene relación de propiedad con Sol Gas. Agregó que si fuera necesario, también ofrecería su apoyo económico a la empresa.
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