miércoles, 28 de septiembre de 2011

Niños reciben clases en hospital público ROBERT REID CABRAL TRATA DE QUE NO PIERDAN SU VÍNCULO CON LA ESCUELA

La niña Luz Jendry Castillo, de ocho años, lee acompañada de la profesora María Altagracia de la Cruz, en el aula instalada en el hospital Infantil Robert Reid Cabral.
Santo Domingo

Los niños ingresados en el hospital Infantil Robert Reid Cabral tienen su espacio para el estudio. Desde hace más de un año en el centro funciona una “aula hospitalaria” para que los pacientes, sobre todo aquellos que padecen enfermedades crónicas que tienen largas estadías e ingresos frecuentes, no rompan su vínculo con la escuela. Actualmente unos 10 menores reciben allí una educación complementaria.

Esa aula es acogida con entusiasmo por la mayoría de los niños, a quienes la condición de salud les permite dejar la cama por algunas horas, ya que con frecuencia lo que más les duele de la enfermedad es tener que dejar la escuela a la que asisten regularmente.

Luz Jendry Castillo, de ocho años, es una de ellas; es de Higu¨ey y cursa el tercero de básica; pero desde hace varios meses no puede asistir a la escuela debido a que presenta insuficiencia renal y tiene que dializarse.

Con frecuencia le dice a su madre Sonia Castillo: “mami mándame a la escuela, que te prometo que no voy a beber agua”, debido a la prohibición de ingerir líquidos que tienen estos pacientes.

Ayer leía entusiasmada en el Salón Multigrado del hospital. El Proyecto Educativo Aula Hospitalaria fue instalado en el hospital Reid Cabral por el Despacho de la Primera Dama, como un programa piloto que busca replicarse en otros centros.

En este centro el promedio mensual de ingresos es de 1,200 niños, de los cuales el 10 por ciento presenta enfermedades crónicas, sobre todo cáncer, artritis reumatoides, lupus, insuficiencia renal, entre otros, que les obliga a permanecer más tiempo en el hospital y tener ingresos frecuentes.

Clases
Las clases son impartidas por la profesora María Altagracia de la Cruz, nombrada por el Despacho, quien reconoce que el método de enseñanza que se aplica tiene matices muy especiales, porque son niños que a veces van a una clase, y al otro día reciben el alta médica, otros que permanecen algunos días adicionales, con lo que se puede desarrollar más la estrategia.

“He tenido tres niños que han fallecido, con edades de 12, 14 y 15 años, lo cual es difícil porque uno se encariña con ellos; tengo una niña especial, sufre de problemas en la piel, con mucha frecuencia está ingresada, se ve que es algo doloroso y le da trabajo agarrar el lápiz, pero tiene un ánimo increíble, y tengo otros que por la condición de salud se les nota desanimados”, cuenta.

Allí los niños tienen a la mano diferentes recursos didácticos, entre ellos libros de textos y de historias infantiles, literatura sobre los cinco sentidos, cuidado de los dientes, pirámide alimenticia, alfabeto, números, las partes del cuerpo, pinturas y computadoras.

EVALÚAN CADA CASO DE NIÑO ENFERMO
La profesora Castillo explica que ella le hace una evaluación al niño y que trabaja con ellos dependiendo de la debilidad que presente. Actualmente asisten unos 10 niños a partir de los seis años.

Algunos no pueden asistir debido a las condiciones de salud. Ahora están aceptando también algunos de los que van a consulta externa para que empleen las horas de espera.

“El espacio les ayuda mucho, porque el simple hecho de ellos bajar de la sala al aula ya les genera bien por el cambio de ambiente”, asegura la educadora, quien dijo que por lo general los niños ingresados añoran la escuela, pero le preocupa que muchos la suspenden y no la retoman cuando superan su condición.

El promedio general de estadía de pacientes en el hospital Infantil Robert Reid Cabral es de siete días, pero en caso de pacientes con enfermedades crónicas, ronda entre tres y cuatro semanas.

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