EFE
Nairobi.- La crisis de salud por la epidemia del ébola amenaza con convertirse en una crisis política que podría echar por tierra años de esfuerzo para estabilizar la región de África Occidental, alertó la organización International Crisis Group (ICG).
Los países más afectados -Liberia, Sierra Leona y Guinea Conakry- se enfrentan a un caos generalizado y, potencialmente, al "colapso", como consecuencia de una desintegración social "tal vez imposible de manejar", avisó la ONG en un comunicado.
Los analistas instaron a la comunidad internacional a aportar más recursos y a comprometerse a dar una respuesta médica inmediata al ébola, pero también a hacer frente a los problemas de gobernabilidad y reconstrucción de los sistemas de salud en la región, a más largo plazo.
El ICG alertó de que los conflictos civiles recientes en los tres países más afectados por la epidemia podrían resurgir, alimentados por antagonismos locales y regionales.
En Guinea Conakry, la mala respuesta del Gobierno ha avivado tensiones históricas entre comunidades en las zonas boscosas del sureste, donde se inició el brote de ébola.
En Liberia -el país más afectado, con casi la mitad de los muertos por la epidemia- y en Sierra Leona, los gobiernos han dado una "respuesta militar" a los problemas de salud, ante la carencia de médicos.
La seguridad ha sido el principal pilar de la reconstrucción de estos países tras los conflictos armados y están reaccionando con lo que tienen a su disposición, soldados, constató el ICG.
Antes de la epidemia, Liberia tenía solo 45 médicos para una población de 4,5 millones y, ahora que el virus se ha propagado, la mitad de los centros de salud ha cerrado por la falta de personal.
Después, los manifestantes han bloqueado carreteras y saqueado clínicas y las fuerzas de seguridad han respondido con fuerza, por lo que, once años después de su guerra civil, Liberia se enfrenta al riesgo de una revuelta popular en contra de un Estado frágil.
Los Estados de la región deben encontrar, según el ICG, más aliados en líderes religiosos, jefes tradicionales y figuras públicas populares que enseñen a la gente a evitar el ébola, animándoles a poner fin a prácticas tradicionales que contribuyen a la propagación del virus como los rituales de enterramiento o la ingesta de animales salvajes.
La reapertura de las fronteras y la aplicación de medidas de vigilancia sanitaria adecuadas debería ser la prioridad de la región, según el ICG.
Esto permitiría a los países afectados recibir asistencia crítica, reactivar el comercio de productos básicos y facilitar el control de los viajeros.
Pero, hasta el momento, los gobiernos del oeste de África han intentado manejar la crisis de forma unilateral, sin tener en cuenta que sus países están profundamente vinculados y son interdependientes.
Los expertos del ICG lamentaron que el gran esfuerzo comprometido estas últimas semanas por la comunidad internacional para combatir el ébola, "no va a ser suficiente".
El grupo sugirió que la comunidad internacional celebre una conferencia de donantes de forma urgente y, a largo plazo, que dedique más recursos a afrontar la inseguridad alimentaria, la inestabilidad política y la mala gobernanza.DE EFE
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