Ciudad del Vaticano.- El papa dijo este miércoles que el arte es como una puerta abierta al infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano e invitó a los fieles a descubrir la belleza artística como ayuda al rezo y al diálogo con Dios.
“La visita de los lugares de arte – concluyó – no sólo el enriquecimiento cultural, pero también puede convertirse en un momento de gracia, el estímulo para la diálogo con el Señor”.
Benedicto XVI celebró la audiencia tradicional de los miércoles en el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, donde pasa sus vacaciones estivales, y donde hoy compareció ante cientos de peregrinos que abarrotaban el patio, muchos de ellos con camisetas de la pasada Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada en Madrid.
Benedicto XVI abordó nuevamente el tema “via pulchritudinis” o camino de la belleza y subrayó que “el hombre debe recuperar su significado más profundo” para cumplir con “la necesidad de cada cristiano de encontrar tiempo para Dios, para el rezo, en medio de tantas ocupaciones de nuestros días”.
“Una obra de arte es el fruto de la capacidad creativa del ser humano, que se pregunta ante la realidad visible, trata de descubrir el significado más profundo y comunicarlo a través del lenguaje de las formas, de los colores, de los sonidos”, refirió el Obispo de Roma.
El papa se refirió a la experiencia estética concreta.
“Tal vez -dijo- os ha ocurrido alguna vez ante una escultura, un cuadro, algunos versos de poesía, o una pieza de música, sentir una íntima emoción, una sensación de alegría, de percibir, es decir, claramente que delante de vosotros no había sólo materia, sino algo más grande, algo que ‘habla’, capaz de tocar el corazón, de comunicar un mensaje, de elevar el alma”.
Para el papa teólogo, “hay expresiones artísticas que son verdaderos caminos hacia Dios, belleza suprema, de hecho son una ayuda para crecer en la relación con Él, en la oración”, y se detuvo en las “obras que nacen de la fe y expresan la fe”.
Benedicto XVI puso como ejemplos las catedrales góticas y iglesias románicas, “espléndidos edificios” en los que entrando “percibimos como que contienen la fe de generaciones”.
Según el papa, también cuando escuchamos una pieza de música sacra que hace vibrar las cuerdas de nuestro corazón, “nuestra alma viene como dilatada y es ayudada a dirigirse a Dios”.
El papa mencionó a artistas e intelectuales como Marc Chagall y Paul Claudel, además de Johan Sebastian Bach, e invitó a los fieles a descubrir la belleza artística como ayuda al rezo.
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