
En una rueda de prensa, el comandante del Mando Norte del Departamento de Defensa de EE.UU., el general Terrence J. O’Shaughnessy, explicó que 800 militares ya están en camino a lafrontera suroeste del país y aseguró que, para finales de la semana, el número de efectivos será de más de 5.000.
“Vamos a endurecer la frontera”, avisó O’Shaughnessy, que explicó que los militares llevarán a la frontera sus capacidades de “planificación militar”, así como tres helicópteros destinados a transportar a los agentes fronterizos de un lugar a otro y materiales para levantar tiendas.
Una ley estadounidense de 1878 prohíbe usar a los soldados para tareas de seguridad y orden público a nivel nacional. Por eso, indicó O’Shaughnessy, los militares se limitarán a apoyar a los agentes fronterizos en operaciones aéreas para detectar actividades ilegales, así como en labores mecánicas, como reparación de vehículos, y ofrecerá cuidados médicos a los inmigrantes que lo necesiten.
Entre sus tareas estará reforzar los puertos de entrada y detectar aquellos puntos más débiles y por los que los inmigrantes podrían tratar de cruzar de manera ilegal, detalló O’Shaughnessy.
Los militares que se desplegarán en los próximos días se suman a los 2.100 efectivos de la Guardia Nacional -un cuerpo de reserva de las Fuerzas Armadas- que se encuentran en la frontera sur desde abril debido a otra caravana de migrantes, que en ese caso inició su recorrido en el sur de México.
Además, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), tiene otros dos mil agentes listos para actuar, detalló el jefe de esa agencia, Kevin McAleenan, durante la rueda de prensa.
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