
En visita a la redacción de El Nacional, responsabilizó de los daños y la acción al fiscal adjunto de Villa Duarte, Francisco Rodríguez, así como al director del departamento de Preservación y Conservación del Patrimonio del CEA, a militares que fueron allí en tres guaguas.
También acusa de haber ingresado a los terrenos con una turba a los conocidos como El Chivero y El Gordo Haitiano, de organizar el grupo que destruyó las plantaciones de mango, coco, y otros frutos.
Indicó que en el momento de la violación a su propiedad, se encontraba fuera del país, pero que las personas que cuidaban la propiedad les expresaron que el fiscal adjunto no le presentó ninguna orden de desalojo.
Pidió al CEA venderle al mismo precio los predios que ocupa desde hace 30 años, y que a los supuestos adquiriente se les reubique en otros terrenos, además se le reconozca el derecho de las mejoras, y se les descuente los daños causados a las plantaciones agrícolas a la pared.
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