Un recién llegado a la política que fue designado como candidato por el anterior presidente electo del país ganó con comodidad en la repetición de unas elecciones presidenciales contra 26 rivales, según resultados preliminares anunciados el lunes por la noche y que otorgaban a Jovenel Moise el 55,6% de los votos.
Moise fue el candidato más votado el año pasado en primera ronda y estaba encaminado hacia una segunda vuelta. Pero esa segunda votación se aplazó varias veces entre acusaciones de fraude y los resultados de la primera votación terminaron por anularse después de que una comisión haitiana pidiera iniciar el proceso desde cero.
En esta ocasión no parecía que la segunda vuelta fuera necesaria porque Moise, un empresario agrícola y candidato del partido Tet Kale del expresidente Michel Martelly, habría obtenido más del 50% de los votos en los comicios del 20 de noviembre. Además superó con creces la diferencia de 25 puntos porcentuales con su competidor más cercano, lo que también le habría dado la victoria según la legislación electoral haitiana.
La cuenta final se entregará al tribunal electoral de Haití, donde los partidos políticos pueden disputar los resultados antes de que se certifiquen los ganadores el 29 de diciembre. En las últimas elecciones también se eligieron los legisladores para completar el Parlamento, ya que los votantes eligieron a un tercio del Senado y a los 25 miembros que faltaban de la Cámara de Diputados.Poco después de que los responsables del Consejo Electoral Provisional publicaran por fin los resultados preliminares tras horas de retrasos, Moise se vio rodeado de entusiastas seguidores que vitoreaban en el hotel Petionville. Junto a su esposa Martine, dio las gracias a los ciudadanos y a todos sus rivales en el polarizado país.
"Es juntos como cambiaremos Haití", dijo Moise, al que Martelly escogió como su sucesor.
La repetición de los comicios fue necesaria para restaurar el orden constitucional en Haití, que lleva casi un año liderado por un gobierno provisional porque el mandato de Martelly expiró antes de que pudieran completarse las elecciones.
Jude Celestin, el segundo más votado, obtuvo un 19,5% de los sufragios en el escrutinio preliminar anunciado por las autoridades electorales. Celestin lideró una alianza opositora y el año pasado boicoteó la campaña de la segunda vuelta tras quedar segundo por detrás de Moise.
El tercero, Moise Jean-Charles, logró el 11%, mientras que la líder del partido Lavalas Family, Marysse Narcisse, recibió el 8,9% de los votos.
Aunque sus enemigos políticos intentaron desacreditarlo acusándolo de ser una marioneta de Martelly, Moise hizo una enérgica campaña y pareció encontrar apoyos en todo el espectro político entre los pocos haitianos que votaron. La participación el 20 de noviembre rondó el 21%.
Antes de anunciar los resultados preliminares, el ministro de Justicia Camille Edouard Junior dijo que las autoridades estaban en "alto nivel de alerta" para garantizar la seguridad en el país, donde en ocasiones se han producido disturbios tras conocerse los conteos electorales.
Pero antes de la publicación de los datos el lunes por la noche se habían formado barricadas con hogueras encendidas en una zona de Puerto Príncipe y seguidores del partido Lavalas Family rompieron ventanas de autos. El partido fue fundado por el expresidente Jean-Bertrand Aristide, elegido dos veces y depuesto en ambas ocasiones. Los seguidores del partido afirmaban que sólo un "fraude masivo" impediría una presidencia de Narcisse.
Un grupo de siete senadores del partido Lavalas y facciones afines denunciaron lo que creían eran irregularidades excesivas durante la votación del 20 de noviembre. En una carta enviada a la Comisión Electoral, los senadores dijeron que había numerosas quejas de votantes que no habían podido depositar sus papeletas debido al traslado de algunos centros de votación y otras razones.
Los seguidores de Lavalas se manifestaron varias veces en las calles de Puerto Príncipe pese a un decreto que prohibía las manifestaciones hasta la publicación de los resultados. El lunes no fue distinto, y los partidarios de Lavalas volvieron a desfilar por varias barriadas del centro donde hay un circuito habitual de protestas callejeras.
"¡Nunca aceptaremos a Jovenel! Todo está manipulado", dijo Rony Jean-Pierre, uno de los poco miles de manifestantes.
Pouchon Jean-Louis trabajador en la barriada de Solino, vio pasar la última marcha de Lavalas junto al cobertizo de concreto de su familia e hizo un gesto de frustración.
"Estas últimas elecciones parecían haber ido bien, y ahora esta gente está gritando fraude de nuevo. Quiero una nueva Haití. Si Jovenel gana, entonces ésa es la voluntad de la gente", dijo Jean-Luis junto a un auto quemado.
Después de que se conocieran los resultados preliminares por la noche se oyeron disparos en varios distritos, como celebración o advertencia.
Robert Maguire, experto en Haití y profesor de asuntos internacionales en la Universidad George Washington, instó a las autoridades electorales haitianas a responder "de forma rápida, clara y justa" a los que disputan el resultado y a los candidatos derrotados a aceptar unos resultados transparentes y honestos.
"Los candidatos sin posibilidades, con armas o sin ellas, aún acechan en las sombras", dijo Maguire.
Antes de presentarse como candidato para la facción Tet Jale, Moise era un empresario poco conocido que abrió una plantación de bananos en el norte de Haití y fundó un proyecto público-privado llamado Agritrans para exportar con éxito la fruta a Europa. Su apodo de campaña era "banana man".
Moise sirvió como secretario general de la cámara de comercio en el norte de Haití y su primer negocio fue una empresa de piezas de automóviles en la comuna de Port-de-Paix. También distribuyó agua potable en localidades del norte, y sus folletos de campaña decían que había iniciado un proyecto para llevar energía solar y eólica a 10 poblaciones. Como presidente, prometió mejorar la educación y crear empleos.DE AP
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