SANTO DOMINGO, República Dominicana. Un estudio del Banco Mundial revela que Santo Domingo será una de las cinco ciudades más afectadas del mundo por el cambio climático para 2050 después de Alexandria, Barranquilla, Nápoles y Sapporo, en caso de mantener el ritmo actual de subida de las aguas del mar.
Este fenómeno traerá como principales consecuencias, erosión causada por el agua salada y las inundaciones de las zonas costeras.
Según informaciones del Banco Mundial casi todas las ciudades principales del Caribe, con sus millones de habitantes y sus infraestructuras esenciales, están a menos de kilómetro y medio de la orilla del mar -incluyendo claro está a ciudades altamente vulnerables a los desastres naturales como Puerto Príncipe, Haití, y La Habana, Cuba.
Por ejemplo en Santo Domingo, los más pobres ya se ven afectados por las inundaciones, muchos viven a orillas del río Ozama y en terreno inundable, y una marejada ciclónica más alta o lluvias intensas provocadas por el cambio de clima les harían aún más vulnerables.
República Dominicana está tomando medidas para afrontar este gran reto, pero aún queda mucho por hacer, según dice Jerry Meier, experto en cambio climático del Banco Mundial.
Dice que “hay una falta de conocimiento sobre los terrenos inundables y no existen zonas prohibidas, así que la situación sigue igual”. Otro terrible problema es la erosión costera. En vista de que la mayoría de sus capitales, puertos y aeropuertos están situados en la costa, esto representa una seria amenaza para el desarrollo de la región, estrechamente vinculado al mar.
Unas de las bases de la economia caribeña es el turismo y la agricultura, el año pasado, 25 millones de turistas visitaron el Caribe.
La industria turistica es amanazada por la erosión costera causada por un aumento en el nivel del mar amenaza.
Esto es una realidad en St Georges, Grenada, Kingstown, Saint Vincent, Castries, Saint Lucia y sobre todo en Cane Field, Dominica, donde el aeropuerto sufre inundaciones constantemente.
El Caribe ofronta la salinización del agua dulce. La región depende mucho de la lluvia para renovar sus recursos de agua dulce, y un aumento en el nivel del mar amenaza estas reservas.
La sibida del mar aumenta el riesgo de que el agua salada penetre las fuentes de agua dulce, las cuales, a su vez, ya se ven agotadas por el riego, la producción de energía hidroeléctrica y la mala gestión del agua.
Según estudios del organismo multilateral enviado a los medios de comunicación, si no actúan rápidamente, varios países se enfrentan a la posibilidad de tener que financiar costosos procesos de desalinización,.
El Banco Mundial elaboró una serie de recomendaciones para mejorar la resiliencia climática, es decir la posibilidad de resistir y adaptarse a los embates del cambio climático, estas son:
Social: Los pobres y vulnerables serán los más afectados por un aumento en el nivel del mar. Hace falta incorporar más la planificación territorial en los programas sociales para abordar su exposición al riesgo.
Económico: Cualquier sistema de prevención debe establecer un plan de recuperación y diversificación económica después de un desastre.
Ambiental: Se necesita más inversión en control de inundaciones que no dañen al medioambiente y prepararse para cambios en el volumen y la frecuencia de las lluvias.
Riesgo: La planificación territorial tiene el potencial de contribuir al manejo de riesgo en las ciudades costeras y favorecer urbanizaciones más compactas -lo cual puede reducir la emisión de gases de efecto invernadero – así como proteger las poblaciones que viven en zonas de alto riesgo.
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