domingo, 28 de septiembre de 2014

Fuerte San Gil cae en un deterioro progresivo EN EL ESPACIO TURÍSTICO SE AMONTONA LA BASURA Y ES CASA DE LOS INDIGENTES

  • Rescate. Montones de desperdicios caracterizan el monumento colonial que hace cinco años las autoridades pensaron en su restauración con fines turísticos.
Santo Domingo
El Fuerte San Gil, que sería convertido en espacio turístico bajo los estándares internacionales, hoy es casa de indigentes, adornado de basura y la tierra amontonada, la cual muestra que una vez, hace cinco años, se pensó en su rescate.
La obra histórica, usada hasta el 2009 como un restaurante, está abandonada y cubierta de heces humanas, zapatos, prendas de vestir además del mal olor que inunda el lugar.
Taxistas, transeúntes y personas que residen cercanas al lugar afirman que desde que cerró el restaurante, el Fuerte es un hotel de indigentes y de adictos, que utilizan el lugar como refugio, sobre todo en horas de la noche.
La estructura ubicada entre la avenida George Washington y la calle Palo Hincado, frente al Obelisco Hembra, está bajo la responsabilidad de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura,  y fue construido en 1503-1510 en la parte suroeste de la Zona Colonial como la primera fuerza de defensa en contra de los piratas que pudieran atacar desde el mar Caribe.
Este bastión fue arrendado por el Ministerio de Cultura, según explicó al Listín Diario la directora de Patrimonio Cultural, Edda Grullón. Dijo que desde hace siete años estuvo alquilado al arquitecto Emilio Brea, quien murió hace unos dos meses.
Asimismo explicó que el Fuerte era administrado por el también arquitecto Erwin Cott, que murió primero que Brea, y quien estaba a cargo del proyecto que sería levantado en dicho lugar.
Las posibilidades
“Ciertamente había un proyecto, el sitio se estaba manteniendo hasta la muerte del administrador, con vigilancia adecuada y en condiciones de limpieza”, aseguró Grullón, quien dijo además que en este momento están conversando con la familia de Cott para ver las posibilidades de seguir el proyecto.
Sostiene que el administrador estaba en proceso de implementar un proyecto y en ese periodo cuando se estaba haciendo la obra falleció, por lo que se pasó a conversar con el arrendatario y éste también falleció.
“Ahora mismo estamos en conversación con los hijos del arquitecto Cott quien era quien lo administraba y quien presentó el proyecto para ver qué posibilidades hay de seguir o de revertir las obras”, apuntó.
Se busca la posibilidad de que el Fuerte que debe su nombre a San Egidio, o San Gil, tenga un uso inmediato y se está trabajando en esos términos. “Hay una propuesta de darle un uso no fijo, sino para eventos para casos puntuales de jueves a domingos y entendemos que sería de menor impacto para el monumento”.
Sostuvo que todavía no se ha acabado de definir toda la parte legal, lo que tiene que ver con los contratos, y que se le ha solicitado al Ministerio de Cultura mientras tanto disponga una vigilancia permanente en el lugar. 

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