En el asfalto solo quedó una chancleta ensangrentada del comerciante Julián Santana, de 52 años, quien fue ultimado esta madrugada por tres encapuchados, que solo le llevaron la pistola, en la intercepción de las calles María Mazarello y Santa Rita 11, en el barrio Los Guandules en esta Capital.
Miniña Arias Patricio, esposa del comerciante, narró que el crimen ocurrió a las 5:30 de la mañana cuando ambos salían de su colmado Serie 11, donde durmieron, y se trasladaban a su casa en esa misma calle, y los tres hombres los interceptaron y sin mediar palabras le hicieron tres disparos a quemarropa.
Dijo que cuando pidió ayuda, los vecinos salieron, pero ya era demasiado tarde.
Aseguró que cuando uno de los vecinos y ella llevaron a la víctima al hospital Francisco Moscoso Puello, los doctores les dijeron que ya estaba muerto.
“No es justo que los tigres maten a una persona tan buena, tan decente, que no le hizo daño a nadie, una persona trabajadora y honrada”, exclamaba desconsolada la viuda.
“Ya no se puede hacer nada. La delincuencia está arropando al país. ¿Adónde vamos a vivir, matándonos unos con otros?", se preguntaba la dama en medio del llanto. Santana tenía un solo hijo de 24 años.
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