Santo Domingo
La falta de energía por parte de las autoridades en la aplicación de las leyes de tránsito y de las medidas que regulan el uso de las vías públicas, no solo provocan entaponamientos mayúsculos si no que también pone en riesgo la vida de los peatones, quienes tiene que caminar diariamente de un lado para otro por calles en las que las infracciones de tránsito son cada vez más agresivas.
Los transeúntes se ven obligados a usar las calles porque en las aceras se parquean los vehículos, por lo general de alguna empresa cercana o de un taller que funciona ahí, en la acera.
Los agujeros en lugares donde se supone deben caminar las personas, constituyen también un tema de peligro para los viandantes, el cual puede empeorar si la persona tiene alguna limitación. La rapidez con que desplazan los conductores por las vías dificulta de igual manera la vida de quienes andan a pie, ya que el simple hecho de cruzar de un lado a otro es todo un desafío.
En un recorrido de Listín Diario por las intersecciones 27 de Febrero con Máximo Gómez, Kennedy con Ortega y Gasset y por la avenida San Martin con Ortega y Gasset, se pudo constar qué significa ser un transeúnte en República Dominicana.
José Altagracia Ramírez, presidente del partido Unión Social de Pobre, critica el hecho de que las aceras estén siendo utilizadas por vehículos de empresas, de las que según contó los propietarios son extranjeros.
“Ahí, en la avenida Nicolás de Ovando, cuando las aceras están siendo ocupadas por empresas de personas, en su mayoría, extranjeras”, dijo indignado
Y agregó: “se suponen que las aceras fueron construidas para que transiten los peatones, sin embargo, personas extranjeras las tienen ocupadas y los peatones tienen que usar las calles y correr el riesgo de ser atropelladas”.
Balmis Reynoso, peatón, criticó que en días lluviosos los conductores no den prioridad a los transeúntes para que puedan cruzar las calles. “Ellos van en su vehículo y no se detienen para que uno pase por donde hay agua acumulada”.
Reynoso dijo que los semáforos no son valorados por los conductores y aconsejó a los viandantes que se percaten de bien de que puede cruzar.
Otro consultado fue Mauricio Félix, microempresario, quien se refirió a los motoristas y aseguró que le molesta sobremanera cuando los motociclistas se detienen en las cebras para peatones donde se supone deben cruzar los transeúntes.
“Ellos ven que las rayas son para los peatones, y se detienen ahí, y se llevan a uno. Me ha pasado varias veces en este año”
Félix entiende, además, que se debe regular a los motoristas que se suben en las aceras. “Uno los ve venir por encima de la acera y siente inseguridad, miedo de que lo asalten”.
Por su lado, el joven Emmanuel German se refirió a la forma en que conducen los motociclistas al decir que la mayoría no respeta las señales de tránsito y que transitan a altas velocidades.
German entiende que el gobierno debe cuidar más la vida de la persona que anda a pie y construir más puentes en vías muy transitadas al citar el caso de la avenida Padre Castellanos.
Carlos Reyes parece resignado mientras critica que algunos conductores se paren en las cebras, “se paran, pero qué vamos a hacer”, se preguntó.
El estudiante de medicina Antonio Jaques contó que hace alrededor de dos semanas estuvo a punto de ser atropellado, en la avenida Correa y Cidrón, cuando intentaba cruzar la calle para entrar a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) porque un conductor no se detuvo para dejarlo pasar.
Daniel santana, secretario de Organización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, contó sus experiencias como peatón al usar los servicios de los “carros de concho”.
Dijo que actualmente demandó a una compañía de seguro porque se cayó de un carro de concho.
Santana criticó el servicio que ofrecen a los pasajeros con unidades deficientes. “Tienen esprines afuera, te rompen la ropa o te la ensucian, comienzan la marcha sin darte tiempo de que te montes bien en el carro”.
Dijo que en el país no existe protección para el transeúnte.
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