Con la publicación en el periódico especializado Quehaceres de una edición titulada “Yo me conecto, tú te conectas”, el Centro de Investigación para la Acción Femenina (Cipaf) inició en el año 2000 un programa de promoción del uso y acceso de las mujeres a las tecnologías.
Luego, analizando que pese a que la mujer constituía el 61% de la matrícula universitaria dominicana solo un 11% de esta elegía carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología, el Cipaf creó en el 2010 los clubes E-Chicas y Supermáticas -STEM.
El acrónimo STEM, en inglés, se usa para designar las disciplinas académicas Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas.
El objetivo de la primera experiencia, cuenta el Cipaf, fue “evidenciar cómo estereotipos socialmente construidos y reproducidos por el sistema educativo han limitado la integración de las niñas en carreras de punta, como son las nuevas carreras de Tecnología de la Información y la Comunicación, contribuyendo así a la creación de una brecha digital de género en República Dominicana”.
Cuatro años después, los clubes dejaron de ser el proyecto de una institución y se convirtieron en un proyecto de nación pionero en el Caribe.
“Desde el 2014 tenemos un convenio con el Ministerio de Educación. Ya no son los clubes que manejaba Cipaf, sino que se trata de una política pública dentro del Ministerio a través de la Dirección General de Informática Educativa”, explica Laura Bretón, coordinadora de Proyectos del Cipaf.
Por este modelo educativo el Cipaf recibió en el 2014 el premio GEM-TECH Awards, la primera edición de una premiación de ONU Mujeres y la Unión Internacional de las Telecomunicaciones (UIT) a los mejores proyectos que incluyan a las mujeres en la tecnología.
El Cipaf ganó en la categoría 4, la que reconoce proyectos de inclusión de niñas y mujeres adolescentes.
¿Cómo funcionan los clubes?
Hay dos, explica Solanye Pineda, coordinadora de los Clubes de Matemáticas, Ciencia, Ingeniería y Tecnología (MCIT): el E-Chicas, dirigido a niñas entre sexto y octavo grados, y el Supermáticas, para adolescentes y jóvenes del bachillerato.
“Lo que se busca es captar a las chicas para que se interesen por carreras no convencionales, que incursionen en las ingenierías, ciencias, tecnologías y matemáticas”.
¿Cómo lo hacen? Primero con encuentros en las escuelas públicas donde plantean sus propuestas e incentivan a las estudiantes, y luego con actividades escolares y extracurriculares con las chicas que decidieron formar parte del club, previo el consentimiento de sus padres.
Las chicas reciben orientación vocacional en el Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA), realizan visitas a instituciones que trabajan con estas disciplinas, ven películas y comparten con expertos.
Todo esto se hace por etapas, dice Magaly Pineda, fundadora y directora del Cipaf. “La primera es reencontrar a las niñas con las Matemáticas, porque todas estas carreras tienen en su base las Matemáticas, y ¿qué pasa? Que cuando hablas de Matemáticas las mujeres son las primeras que dicen: ¡Ay, no!; pero resulta que en el país tenemos una carencia en todas las áreas de las MCIT”.
Logros, seis años después
Uno de los logros de estos clubes, sostiene Laura Bretón, es que han conseguido que las grandes empresas de telecomunicaciones se integren y lleven a las escuelas a sus ingenieras para que compartan experiencias con las estudiantes.
Hoy existen 50 clubes repartidos en nueve provincias que benefician a unas 1,409 alumnas de escuelas públicas de tanda extendida ubicadas en Santo Domingo Este, Duarte, Santiago, San Juan, San Pedro de Macorís, Puerto Plata, Peravia, San Cristóbal y María Trinidad Sánchez.
“Tenemos más de tres mil niñas graduadas de bachiller, porque esta es la primera meta, que se gradúen; y no se ha presentado nunca un embarazo en estos seis años, y fíjate que Santo Domingo Este, donde iniciamos, es una de las provincias que registra más embarazos en adolescentes, con una alta incidencia en las escuelas. Todas las chicas del programa se han graduado y el 70% estudia carreras universitarias y técnicas”, expresa Laura.
No necesariamente eligieron carreras de tecnología o de ciencias, pero el hecho de seguir una carrera superior es importante, agrega Magaly, para quien el logro más grande no es solo que las chicas se gradúen.
“Es el convenio con el Ministerio de Educación. Una cosa es trabajar con 600 niñas, pero cuando las pones en todo el universo de la escolaridad dominicana es todavía un granito de arena. Lo importante es que el Ministerio se haya interesado en el proyecto y haya considerado incluirlo dentro del programa escolar”.
De acuerdo con la socióloga y educadora, este convenio es también uno de los logros más importantes del centro, creado hace 35 años.
¿Un desafío? Cómo trabajar con las más pequeñas. Regularmente, comenta Solanye, “llegan al bachillerato con una idea muy marcada de lo que quieren estudiar y es difícil enfrentarlas a la realidad de lo que están escogiendo, pues muchas no saben en realidad a lo que se van a dedicar porque no han tenido la oportunidad de conocer de qué trata la carrera y sus requerimientos.
Porque entre una y otra carrera hay requerimientos. En Ingeniería, las Matemáticas son básicas, pero si no te gustan se te dificultará. Casi todas prefieren el área de servicios y carreras tradicionales”.
Otro reto es crear conciencia en los padres que “suelen decirles a las hijas que si eligen estas carreras de vanguardia no tendrán de qué vivir”.
Una campaña inspiradora
Los clubes son uno de los proyectos que desarrolla el Cipaf en el área Género y Tecnología. Otro proyecto es el Plan de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres en la Sociedad de la Información (2013-2020), elaborado por el Centro y que busca, junto con organizaciones de mujeres y el Estado, ser incluidas en la nueva estrategia nacional de la Agenda Digital República Dominicana 2016-2020, del Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (Indotel).
“Lo que hicimos fue incidir en esa Agenda Digital para que las mujeres y sus necesidades nos veamos visibilizadas en ella”, señala Magaly.
Como parte de este proyecto, y para incentivar a las niñas y hacerlas entender que de la ciencia y la tecnología no solo se puede vivir, sino contribuir al desarrollo del país, el Cipaf, el Indotel y el Minerd inician hoy “Más Dominicanas en la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas”, una campaña diseñada con el apoyo de la Comisión Nacional Dominicana para la Unesco. La cita es a las 10:00 de la mañana en el auditorio del Centro Cultural del Indotel.
Para la campaña fueron seleccionadas ocho mujeres que, a través de atractivas postales, compartirán con el público sus sueños y experiencias. Son ellas la ingeniera de Software Charlin Agramonte, la ingeniera civil Arlene García, la bióloga entomóloga Ruth Bastardo, la bióloga marina Venecia Álvarez, la matemática física Griselda Jiménez y las estudiantes del ITLA y egresadas de los clubes Supermáticas Channa Travieso (Redes de la Información), Freyni Verigüete (Multimedia) y Escarlen Arias (Software). Las fotos de las postales fueron tomadas por Lorena Espinoza Peña.
Formación integral
Los clubes no solo se centran en las carreras, dice Magaly Pineda, sino en las niñas mismas. “Se les trabajan temas como la autoestima, las implicaciones del embarazo en la adolescencia, la solución de conflictos y el liderazgo. Las motivamos a que sean líderes en sus escuelas del desarrollo de un pensamiento social. Ellas son las que lideran las fechas del 8 de Marzo, del Día de la no Violencia Contra la Mujer o del Día contra la Pobreza; se integran y hacen campañas muy innovadoras”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario