SANTO DOMINGO.- El general vitalicio Antonio Imbert Barrera afirmó ayer que el grupo que ajustició al dictador Rafael L. Trujillo nunca tuvo contacto con la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA). El único sobreviviente de los ajusticiadores del tirano, dijo que no tiene ningún temor a nada que pueda revelar la CIA respecto a la muerte de Trujillo. “Acuérdese que eran dos grupos, de ese otro grupo yo ni conocía a nadie, me dicen que el otro grupo era dizque que tenía contacto, yo no puedo decirle que sí ni que no, pero sí tenga la seguridad de que nosotros, los que eliminamos al sátrapa ese, no teníamos que ver ni con CIA, ni con no CIA, ni con nada”, precisó Imbert Barrera, al conversar con LISTÍN DIARIO a través de la vía telefónica.
Varias agencias internacionales difundieron el viernes la información sobre los propósitos de la CIA de publicar en su página Web una colección de documentos sobre operaciones encubiertas, muchas de ellas ilegales, que incluyen los planes para asesinar al dictador dominicano, Trujillo, el presidente cubano Fidel Castro y el general chileno René Schneider.
El ex secretario de las Fuerzas Armadas se definió como un hombre que no habla mentiras, y ratificó que el grupo que lo acompañó en el complot no tuvo nada que ver con “los gringos”. “Tengan la seguridad de que yo soy un hombre que no hablo mentiras, nosotros, el grupo de nosotros, Antonio de la Maza, Salvador Estrella, Amado García Guerrero y yo, no teníamos nada, nada que ver con los gringos”, agregó. Dijo que una muestra de lo que afirma es que cuando llegó con el cadáver de Trujillo a la casa de Juan Tomás Díaz, allí no había nadie.
Dijo que con su participación en la eliminación del tirano contribuyó a que el país viva hoy en democracia, pese a que algunas veces la democracia se pasa y citó “la matadera” de personas que ocurre en los actuales momentos.
Imbert Barrera expresó que las luchas de tantos jóvenes que llegaban al país en las embarcaciones había que tomarlas en cuenta y ese fue uno de los elementos que lo motivó a participar en la gesta. “Creo que nosotros cumplimos con un deber patriótico al eliminar esa bestia humana. No tengo ningún temor porque el que no la debe no la teme, la participación mía fue muy, muy clara”, indicó.
Eduardo Díaz
En cambio, el presidente de la Fundación Héroes del 30 de Mayo, Eduardo Díaz, considera que la CIA podría decir que estuvo en el complot, pero que después desistió del mismo para evitarse problemas de desestabilidad en dos países en el área del Caribe.
En cambio, el presidente de la Fundación Héroes del 30 de Mayo, Eduardo Díaz, considera que la CIA podría decir que estuvo en el complot, pero que después desistió del mismo para evitarse problemas de desestabilidad en dos países en el área del Caribe.
Diferente a Imbert Barrera, considera que el grupo de complotados sí tuvo contacto con los Estados Unidos para ejecutar al tirano.
“En un principio del complot para matar a Trujillo hubo siempre un contacto entre la embajada Americana y el grupo 30 de Mayo, llamado el grupo de disidentes”, dijo. Explicó que Antonio de la Maza, Juan Tomás Díaz y el doctor Baquero tenían contacto con los miembros de la embajada estadounidense en el país, específicamente con el señor Henry Diarborn.
Díaz expresa que los americanos estuvieron envueltos en los planes de matar a Trujillo, pero que llegó un momento en que desistieron de la idea bajo el alegato de evitarse problemas con dos países de la región del Caribe, como Cuba y República Dominicana.
Refirió que existe un libro escrito por Diarborn donde cita un mensaje en que Estados Unidos habría manifestado que desistía de la idea de ajusticiar al tirano. A su juicio, la CIA dirá que ordenaron no matar a Trujillo, pero admitirá que en un principio estaban en eso. Reveló que en el momento que se planificaba matar a Trujillo, Donald Reid Cabral, Ramón Cáceres Troncoso, Jianni Vicini y Ramón Cáceres Troncoso, estaban en Washington y sabían del complot. Los documentos que desclasificaría la CIA datan de los años 50, 60 y 70 y los ha llamado “joyas de la familia”.
EL COMPLOT
Trujillo fue ajusticiado el 30 de mayo de l961 en horas de la noche cuando se dirigía a su residencia ubicada en su ciudad natal San Cristóbal.
Entre los que participaron en su ajusticiamiento figuran, además de Imbert Barrera, Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhalá, el teniente Amado García Guerrero, Huáscar Tejeda y Pedro Livio Cedeño, este último fue herido de gravedad durante el hecho, mientras que Imbert Barrera, García Guerrero y Estrella Sadhalá recibieron heridas leves.
Varias horas después de la muerte de Trujillo, su hijo Rafael Leónidas Trujillo Martínez (Ramfis), quien se encontraba en París, alquiló un avión y regresó a Santo Domingo en las primeras horas del miércoles 31 de mayo, poniéndose de inmediato al frente de la situación y convirtiéndose en el hombre fuerte del país.
El Servicio de Inteligencia Militar (SIM), y todos los servicios de seguridad del Estado realizaron amplias redadas en todos los sectores de la ciudad, buscando a los participantes en el ajusticiamiento.
De los que participaron directamente y de otros que estuvieron implicados, pero que no estuvieron presentes la noche del ajusticiamiento, solo se salvaron Luis Amiama Tió y Antonio Imbert Barrera.
Los demás fueron fusilados por Ranfis antes de salir del país. Trujillo gobernó República Dominicana por 31 años con mano férrea, instalando una dictadura considerada como una de las más sangrientas de la historia en Latinoamericana.
Trujillo fue ajusticiado el 30 de mayo de l961 en horas de la noche cuando se dirigía a su residencia ubicada en su ciudad natal San Cristóbal.
Entre los que participaron en su ajusticiamiento figuran, además de Imbert Barrera, Antonio de la Maza, Salvador Estrella Sadhalá, el teniente Amado García Guerrero, Huáscar Tejeda y Pedro Livio Cedeño, este último fue herido de gravedad durante el hecho, mientras que Imbert Barrera, García Guerrero y Estrella Sadhalá recibieron heridas leves.
Varias horas después de la muerte de Trujillo, su hijo Rafael Leónidas Trujillo Martínez (Ramfis), quien se encontraba en París, alquiló un avión y regresó a Santo Domingo en las primeras horas del miércoles 31 de mayo, poniéndose de inmediato al frente de la situación y convirtiéndose en el hombre fuerte del país.
El Servicio de Inteligencia Militar (SIM), y todos los servicios de seguridad del Estado realizaron amplias redadas en todos los sectores de la ciudad, buscando a los participantes en el ajusticiamiento.
De los que participaron directamente y de otros que estuvieron implicados, pero que no estuvieron presentes la noche del ajusticiamiento, solo se salvaron Luis Amiama Tió y Antonio Imbert Barrera.
Los demás fueron fusilados por Ranfis antes de salir del país. Trujillo gobernó República Dominicana por 31 años con mano férrea, instalando una dictadura considerada como una de las más sangrientas de la historia en Latinoamericana.
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