El don de la palabra fue la carta de triunfo de un bueno y torre de la locución dominicana: Buenaventura Bueno Torres, quien murió este miércoles a los 75 años. Desde pequeño, en su natal San Pedro de Macorís siempre se acercaba a las emisoras y conocía de locutores que habían descollado en la capital como Ramón Rivera Batista, Ramón de Luna y otros que llenaron una época donde la locución era diferente.
Luego de trasladarse a residir en Santo Domingo ese coqueteo por la comunicación lo encontró en el ánimo de un profesor: “En ese entonces uno de los que dirigían el liceo Juan Pablo Duarte, me dijo un día – ven acá, tú sabes que tú deberías dedicarte a la comunicación…”, contaba él en una de sus entrevistas.
Ese vaticinio lo llevó a interesarse más en el tema y en poco tiempo se graduó en la escuela de locución Héctor J Díaz de Radio Televisión Dominicana.
Cuando aprobó el examen para locutores, a los 16 años, “me convertí en el locutor más joven de la República Dominicana”.
En el 1963 fue su primera maestría de ceremonias, durante un acto presidido por el entonces presidente de la República, Juan Bosch.Desde esa fecha y durante 55 años ejerció lo que definió una profesión que “no es para cogerla de hobby, sino que hay que dedicarle toda la vida”, como fue su ejemplo.
“Esto es un oficio que conlleva muchos sacrificios, porque mientras unos gozan y bailan nosotros trabajamos”, según reseña una publicación de hace siete años del periódico El Nacional.
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DE SUS PREMIOS
Bueno Torres, que nació el 11 de abril del 1943, fue un maestro de varias generaciones de locutores, sobre todo en la capital dominicana, donde en 1992 fue reconocido como hijo distinguido de esta ciudad. Lo mismo hizo la alcaldía de su pueblo natal que lo declaró “Macorisano meritorio”.
Entre sus premios recibidos, figuran 25 Micrófonos de Oro, otorgados por el Círculo de Locutores Dominicanos; tres Dorado; cuatro Casandra, de la Asociación de Cronistas de Arte, según se registra en el tomo XII de “Grandes dominicanos”, escrito por Carlos T. Martínez.
Su respeto por la locución lo llevó durante toda su carrera, en la que sobresalió como locutor de noticias y de comerciales.
“En mi vida a mí se me ha ocurrido decir una palabra descompuesta en los medios en los cuales he trabajado. Yo me asusto al escuchar periodistas que incursionan en la radio o la televisión con la descomposición de las palabras, siendo gente de muy buena educación”, dijo en una de sus entrevistas.
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EN LAS NOTICIAS
Bueno Torres fue voz estelar del noticiario “Radio Mil Informando”, que desde los años 60 fue líder de audiencia en la radio de amplitud modulada en Santo Domingo.
Radio Mil inició sus transmisiones el 14 de marzo de 1962, propiedad de Manuel María Pimentel, alineado al del Partido Revolucionario Dominicano.
Tenía tres emisiones diarias y combatía los remanentes trujillistas. Las reseñalas hablan de que su Pimentel y el director Víctor Melo Báez fueron perseguidos por las fuerzas balagueristas a partir de 1966 y hasta el 1978.
En el noticiario, Bueno Torres, rompió el esquema de leer de manera lineal, junto a Darío Aracena, Joaquín Jiménez Maxuell.
“Desde que abrimos fuego en Radio Mil fue una pegada inmediata. Algo significativo: nosotros dramatizamos los hechos y personajes. Como yo venía de las radionovelas se me ocurre dramatizar los personajes. Eso nos trajo muchos problemas, especialmente a mí”, contaba Bueno Torres, quien participó de la radionovela “Kalimán, el hombre increíble”.
Hace una década, al ser preguntando sobre un posible retiro de los medios de comunicación comentó que quien escoge trabajar locución o periodismo “tiene que saber que esto es una profesión de por vida”.
Casado con Ana de Jesús (fallecida hace poco tiempo), Bueno Torres procreó seis hijos, aunque ninguno de ellos quiso dedicarse a la comunicación. A él le hubiese gustado que algunos de ellos optara por esta carrera, pero que no contó con esa dicha.
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EN OTRAS ÁREAS
Además de locutor fue profesor universitario, así como vocero de la Dirección General de Control de Drogas, miembro del Colegio Dominicano de Periodistas y del Cuerpo de Bomberos de Santo Domingo.
A la hora de su muerte, la mañana del miércoles, se fue agarrado de Dios porque fue un confeso católico. “He mantenido en alta estima a la Escuela La Normal y la congregación de los Padres Salesianos”, contó en otra de las entrevistas.
Bueno Torres fue un férreo defensor del medio ambiente y uno de sus mensajes lo dejó en el tomo XII de “Grandes dominicanos”, escrito por el periodista Carlos T. Martínez: “Debemos propiciar una mejor comunicación en la familia, para evitar que continúe la descomposición familiar y social que hoy en día enfrentamos. Nuestro pueblo merece un mejor destino, como lo idealizaron Juan Pablo Duarte y los Trinitarios”.
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