Fue la artista más joven en estar nominada a las cuatro categorías más importantes de los Grammy y Billie Eilish, con solo 18 años, hizo historia hoy también al ganar en todas y cada una de ellas: álbum del año, grabación del año, canción del año y mejor nuevo artista.
En las 62 ediciones que van ya de los premios de la Academia de la Grabación solo un artista había logrado semejante proeza: Christopher Cross en 1981.
Así, Eilish no solo es la primera mujer en conseguir el gran póker de los Grammy sino que es, asimismo, la persona más joven en lograrlo.
Convertida en un tremendo e insólito huracán musical que está arrasando allá por donde pasa, la joven estadounidense ganó hoy cinco Grammy en total (también sumó el galardón de mejor disco de pop vocal) y Finneas, su hermano e inseparable compañero artístico, se hizo con otros dos por su cuenta: productor del año y mejor ingeniería de un álbum.
"¿Por qué?", exclamó una sorprendidísima Eilish.
"He crecido viendo los Grammy (... ). Me siento muy agradecida y honrada de estar aquí con todos vosotros", agregó casi sin poder encontrar las palabras.
"Esto es algo muy muy gordo", dijo Finneas.
"Nosotros hacemos música juntos en un cuarto, aún lo hacemos...", explicó al dedicar este premio a todos los niños y jóvenes que sueñan con triunfar algún día en la música.
Su rotundo triunfo se asentó en el adictivo tema "bad guy" (canción del año y grabación del año) y en el impresionante álbum debut de Eilish "When We Fall Asleep, Where Do We Go?" (disco del año y mejor disco de pop vocal).
Por detrás del tándem Eilish-Finneas, en estos Grammy teñidos de luto por la muerte del que fuera baloncestista Kobe Bryant aparecieron otros importantes vencedores como Lizzo y Gary Clark Jr., con tres reconocimientos por cabeza.
En las categorías latinas, resultaron vencedores artistas como Rosalía (que se llevó el primer Grammy de su carrera), Alejandro Sanz, Marc Anthony o Aymée Nuviola.
"Esto es jodidamente alucinante, inesperado, realmente guay", afirmó una siempre optimista y sonriente Lizzo.
"Hoy, todos mis pequeños problemas, que pensé que eran los más grandes del mundo, se fueron y me di cuenta de que hay gente sufriendo", comentó en relación a Bryant.
Alicia Keys había irradiado luz con su naturalidad y encanto en 2019 como maestra de ceremonias de los Grammy, y hoy se ganó el derecho de presentar la gala a perpetuidad con otro derroche de talento y saber estar, especialmente, al rendir homenaje con una gran delicadeza y sensibilidad a Bryant.
"Estamos aquí juntos, en la noche más grande de la música. Pero para ser honestos, estamos muy tristes ahora mismo. Los Ángeles, Estados Unidos y el mundo entero perdimos hoy a un héroe", afirmó.
El Staples Center, el estadio en el que Bryant regaló noches memorables a los aficionados de Los Angeles Lakers, fue también el lugar en el que se celebraron los Grammy, por lo que se dio un difícil cruce entre la gran celebración de la música y la enorme tragedia de los fans de la NBA.
"Esta noche es para Kobe", resumió Lizzo, la encargada de dar el pistoletazo de salida a la ceremonia con una actuación inspirada en el ballet y que incluyó sus célebres solos de flauta travesera.
Uno de los instantes más esperados por los hispanos era el estreno en los Grammy de Rosalía, que llevó el flamenco hasta Los Ángeles con una impactante actuación que combinó "Juro que" con "Malamente".
Los Grammy contaron actuaciones para todos los gustos: románticas con (la pareja en la vida real) Gwen Stefani y Blake Shelton o disruptivas e incendiarias como la Tyler the Creator, que dejó el escenario en llamas (literalmente).
Tampoco fueron figuradas las lágrimas de Alejandro Cabello, padre de Camila Cabello y a quien dedicó la cantante "First Man" en uno de los momentos más tiernos de la noche.
Sin grandes alardes se presentó también Billie Eilish, que dejó de lado sus irresistibles pulsiones siniestras y ritmos oscuros para brillar con una desnuda "When The Party's Over".
Ariana Grande jugó dos bazas muy diferentes en una larga actuación con temas como "7 rings" y "thank u, next": primero se rodeó de una orquesta en una parte más serena y después se trasladó a un dormitorio de tonos rosados en un segmento más bailable.
Aunque el despliegue técnico más singular y elaborado correspondió a Lil Nas X con su exitazo "Old Town Road", ya que con un escenario giratorio en el que aparecían y desaparecían sets y artistas contó con el respaldo de BTS o Billy Ray Cyrus para su imparable country-rap.
Otro momento muy especial fue el regreso de Demi Lovato a los escenarios tras la crisis de ansiedad que experimentó por una sobredosis en 2018.
Y, como es habitual en estas fiestas, hubo tiempo para la nostalgia.
Usher y FKA Twigs rindieron un sensual tributo a Prince; John Legend lideró el recuerdo al rapero asesinado Nipsey Hussle; y Aerosmith, acompañados por los raperos Run-D.M.C. (quienes mostraron una camiseta de Kobe Bryant), celebraron su premio Persona del Año con la dosis más roquera de la velada.DE EFE
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