La ocupación haitiana de Santo Domingo, de cuyo inicio se cumplen este 9 de febrero 200 años, necesita ser sometida a una reflexión “rigurosa y serena”, ya que se trata de un tema que ha sido “manipulado” tanto en Haití como en República Dominicana y debe ser “desmitificado”, aseguró la historiadora Reina Rosario durante el XIII Congreso Dominicano de Historia, inaugurado la noche de este martes.
“Encuentro muy necesaria una reflexión rigurosa y serena sobre este neurálgico tema que ha sido tan manipulado de parte y parte”, manifestó la docente al inicio de su conferencia, “El naufragio del Haití Español”, sobre el fracaso de la primera independencia dominicana, liderada por José Núñez de Cáceres en 1821.
Rosario afirmó que en torno a la ocupación haitiana “se ha retorcido mucho la verdad”, por tanto, “solo una visión imparcial de este complejo y doloroso acontecimiento podrá hacer que cumplamos con la imperiosa tarea de desmitificar este hecho histórico”.
Una opinión similar externó la historiadora Quisqueya Lora, quien abrió el segundo día de ponencias, la mañana de este miércoles, con la conferencia “El Haití que anexó Santo Domingo en 1822”.
El análisis de los mitos y realidades de este período histórico “es muy necesario”, opinó, pero ha estado “enturbiado” por el discurso ultranacionalista y antihaitiano y se ha abordado con una mirada unidireccional.
Lora, que prefiere referirse al acontecimiento como unificación o anexión, en lugar de ocupación o invasión, dijo que esos 22 años de historia tienen que abordarse desde una “perspectiva dialogante”.
Los 22 años de unificación bajo el gobierno haitiano “son importantes” por “las conquistas de una serie de reivindicaciones sociales” que permitieron al pueblo dominicano romper con el colonialismo, entre las que la historiadora mencionó la abolición de la esclavitud y la posibilidad de vivir una experiencia de carácter republicano.
Marcaría “para siempre” a los dominicanos
La ocupación haitiana de Santo Domingo marcaría “para siempre” la evolución de lo que sería el pueblo dominicano, aseveró el director de la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Álvaro Caamaño.
Para la unificación se esgrimieron justificaciones como el peligro de que la isla cayera en las manos de alguna potencia esclavista. No obstante, Caamaño refirió que las condiciones materiales de Haití y motivos de “sobrevivencia” llevaron al presidente haitiano Jean-Pierre Boyer a tomar la parte oriental de la isla a fin de asegurar la estabilidad haitiana.
Apelando a un concepto moderno, el catedrático expresó que Boyer vio en el Estado Independiente del Haití Español fundado por Núñez de Cáceres en 1821 un “Estado fallido”, que nació sin soberanía (al acogerse a protección de la Gran Colombia), no poseía un ejército que garantizara el mantenimiento de la independencia y que, por tanto, ponía en peligro a la nación vecina.
Con lo que no contó Boyer, según Caamaño, fue con el “germen de la nación” que estaba surgiendo entre los dominicanos, que ya se veían a sí mismos como un pueblo con cultura e identidad propias, y que cultivarían Juan Pablo Duarte y los trinitarios hasta fundar en 1844 la República Dominicana.
El período conocido como ocupación haitiana, durante el cual Haití anexó a su territorio y gobernó la parte este de La Española, se prolongó por 22 años: desde el 9 de febrero de 1822 hasta el 27 de febrero de 1844, cuando fue declarada la Independencia Dominicana.
El XIII Congreso Dominicano de Historia, que tiene como tema “La Ocupación Haitiana: 200 años después, mitos y realidades”, es organizado por la Comisión de Historia de la Sección Nacional Dominicana del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), conjuntamente con el Museo de Historia y Geografía y la Escuela de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Está dedicado a la memoria de Vilma Benzo de Ferrer, por su trayectoria profesional, aportes a la investigación histórica y por haber iniciado la realización de los congresos de historia.
El evento se lleva a cabo este 8 y 9 de febrero en la modalidad virtual y cuenta con el patrocinio del Plan Lea, el Archivo General de la Nación y el Instituto Geográfico Nacional.
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