Cuando visitamos las playas, parques o centros históricos, es poco común pensar en cómo otras personas, en épocas diferentes de la historia, llegaron a estar e interactuar en los mismos espacios que recorremos.
Y no solo eso. Puede resultar aún más difícil imaginar que bajo la arena, césped o concreto donde caminamos a diario pueden haber objetos que nunca han sido descubiertos después de haberse perdido.Esta es la labor que hace un grupo de dominicanos que, en su tiempo libre, se dedica a salir con sus aparatos en busca de la historia enterrada.
Para cualquiera estos hallazgos pueden no ser tan llamativos, pero para estos “cazatesoros” son la motivación que les hace salir con sus detectores de metales a por estas aventuras.
Francis Díaz, Omar Pacheco e Isidro Vásquez son solo tres de los más de treinta criollos que se dedican a esta actividad.
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