Hasta el momento, de acuerdo con información oficial recogida por el diario local Bdnews24, 580 cuerpos han sido entregados a sus familias, mientras que el resto necesitan ser identificados y un número indeterminado se encuentran todavía bajo los escombros.
El presidente de la Media Luna Roja local, M.S. Akbar, afirmó a Efe que la labor de algunas organizaciones de ayuda en la catástrofe se centra ahora en el apoyo a los supervivientes y en ayudar a las personas que "lloran por encontrar los cuerpos de sus familiares".
De acuerdo con Akbar, el estado de descomposición de algunos de los cuerpos recuperados de entre los escombros es tan avanzado que han optado por la identificación de los cadáveres a través de pruebas de ADN y 64 de ellos han tenido que ser enterrados sin haber sido devueltos a sus familiares.
"Mis rezos están dirigidos al Todopoderoso para que me ayude a encontrar a mi hija, así su madre podrá verla y darle descanso eterno", declaró al diario bangladeshí The Daily Star Shamsul Alam, que añadió: "¿Durante cuánto tiempo pondrá Alá mi fe a prueba?".
Alam buscaba a su hija Moushumi en el colegio Adhar Chandra de la localidad de Savar, donde los equipos de rescate trasladan los cuerpos que van encontrando entre las ruinas del edificio de nueve plantas que se desplomó y que acogía cinco talleres textiles.
La catástrofe ha conmocionado a Bangladesh y puesto de manifiesto las malas condiciones laborales y de seguridad que sufren los trabajadores de fábricas textiles en el país asiático que abastecen a multinacionales occidentales.
Las compañías internacionales Primark, El Corte Inglés, Bon Marche, Joe Fresh y Benetton han confirmado producir en alguna de las empresas locales implicadas en el siniestro, y otras como Mango habían hecho pedidos de prueba en los talleres. EFE
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