SANTO DOMINGO (EFE).- El asesinato de dos locutores mientras emitían en directo en una emisora dominicana ha puesto sobre el tapete varios problemas latentes en el país: la violencia, la inseguridad y el uso indiscriminado de armas de fuego.La República Dominicana está consternada desde que el pasado martes fueron asesinados a tiros en una emisora de radio de San Pedro de Macorís (este) y en circunstancias por aclarar, los locutores Leo Martínez y Luis Manuel Medina, en un hecho “sin precedentes” en el país, coinciden gremios periodísticos nacionales.
De este crimen se acusó, casi de inmediato, a José Rodríguez, quien, según la Policía Nacional, se suicidó de un tiro la noche del miércoles al verse “acorralado” por agentes policiales a la salida de la provincia San Pedro de Macorís, donde ambos comunicadores eran muy conocidos por sus años en el ejercicio periodístico.
Este doble homicidio ha provocado la condena de los gremios de prensa locales y de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que instó a las autoridades “a esclarecer los asesinatos para conocer las causas y llevar a los responsables ante la Justicia”.
Mientras que la directora general de la Unesco, Irina Bokova, señaló que “estos actos brutales propagan el terror no solamente entre la comunidad mediática del país, sino en la sociedad en su conjunto”.
La muerte de Medina y Martínez ha puesto en la mira nuevamente el tema de la violencia que cada año deja una estela de muerte en el país.
En el 2016 hubo en el país 1.613 homicidios, de los cuales 978, que representan el 61 % de los casos, fueron causados por armas de fuego, según cifras del Ministerio de Interior y Policía (MIP), cuyo titular, Carlos Amarante Baret, anunció que “se aplicarán controles estrictos para otorgar permisos y renovar licencias de armas de fuego”.
La muerte de los locutores Medina y Martínez revivió la del alcalde de Santo Domingo Este y presidente de la Federación Dominicana de Municipios (Fedomu), Juan de los Santos, abatido a tiros en diciembre de 2015 en su oficina por un exempleado del cabildo, que ultimó también a su escolta antes de suicidarse.
La muerte del alcalde, un popular empresario, obligó entonces a los legisladores a retomar el debate de una nueva ley para controlar el porte y tenencia de armas de fuego, que finalmente fue aprobada en julio de 2016.
La nueva ley, que reemplaza a una sobre este tema que data de 1965, limita el uso de las armas de los militares y policías que no estén en servicio, promueve el desarme paulatino de la población y coloca controles más estrictos al momento de aplicar para adquirir un arma de fuego.
Contrario a la propuesta de las autoridades gubernamentales para frenar el uso indiscriminado de armas, el diputado Elías Báez, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), el principal de la oposición, animó a la población, a raíz del asesinato de los locutores, a adquirir armas de fuego porque nadie está seguro en el país, “ni siquiera” el presidente de la nación, Danilo Medina.
Hasta ahora, las autoridades no han presentado acciones en concreto para iniciar el desarme de la población civil, mientras continuamente se informa del decomiso de armas en manos de delincuentes, la mayoría de ellas robadas en asaltos, y que en un buen número de casos dejan víctimas fatales.
La delincuencia está considerada como la principal preocupación de los dominicanos, y según una encuesta de la firma Gallup publicada recientemente en el país, el 34 % de la población considera que este flagelo es mayor que el año pasado.
El Gobierno afirma que las tasas de homicidios han bajado en los últimos años, pero la percepción de inseguridad de la población es una de las mas altas en la región, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Datos de la Policía dominicana aseguran que la tasa de homicidios se redujo de un 26 % en 2006 a un 15,8 % en 2016, mientras que en su discurso inaugural de su segundo mandato, en agosto del año pasado, el presidente Medina advirtió que a la delincuencia en el país “le ha llegado la hora”.
Ahora se espera que en su discurso de rendición de cuentas del próximo 27 de febrero, Medina dé a conocer acciones para enfrentar este flagelo, que sigue acaparando titulares en los medios.DE EFE
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