viernes, 9 de noviembre de 2018

Caso Emely recuerda al de Lohara

  • Caso Emely recuerda al de Lohara
    Justicia. Los asesinatos de Emely Peguero y Lohara Tavárez, ambos ocurridos en San Francisco de Macorís, han levantado una ola de clamor popular para que sus implicados sean condenados a la pena máxima.
Dalton Herrera
dalton.herrera@listindiario.com
Santo Domingo
Con la ira desatada en San Francisco de Macorís debido a la sentencia de 30 y 5 años respectivamente contra Marlon y Marlín Martínez por el asesinato de Emely Peguero, los ciudadanos han revivido la misma sensación de impotencia que hace 9 años sacudió a esa provincia.
El asesinato de Lohara Tavárez provocó que la población se lanzara a las calles para exigir justicia y señalar de forma directa a María Magdalena Marizán o Elena, como la ideóloga y principal responsable de aquel abominable crimen que agudizó la rabia colectiva. Tal como está ocurriendo con el reciente caso.
Golpes contundentes en el rostro, extirpación de los pezones, cortes con tijeras en distintas partes de su cuerpo y finalmente la estrangulación mediante el cordón de sus tenis que envolvieron en su cuello; fue parte del calvario que provocaron los verdugos de Lohara aquella noche del 6 de noviembre de 2009.
Así como ocurrió con Marlon y Marlin, el motivo y la forma del asesinato de Lohara incentivó más el desprecio hacia Elena, a quien las autoridades judiciales probaron que contrató al sicario Víctor Alfonso Brito Vásquez “El Guachi” y a otro menor de edad para que la secuestraran y asesinaran, para de esa forma evitar que su hija se juntara con ella, alegando que esta era una mala influencia.
Marizán pagó 2 millones de pesos para que torturaran y mataran a la joven de 19 años que cursaba la carrera de arquitectura.
Su cadáver fue hallado por dos haitianos en la comunidad Las Cejas y estaba envuelto en una lona con rastros de pintura y cemento, y con la cara totalmente desfigurada.
Por el hecho, en noviembre de 2011, el primer tribunal colegiado del Distrito Judicial de Duarte condenó a la pena máxima de 30 años de prisión a Elena y a “El Guachi”, luego que el Ministerio Público demostrara las acusaciones; no obstante, los abogados de Elena apelaron y su sentencia se redujo a 20 años, los cuales aún cumple en la Cárcel de Salcedo.
Sin embargo, “El Guachi” fue asesinado junto a otros reclusos en un supuesto intento de fuga en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Internos Vista al Valle en San Francisco de Macorís.
Las autoridades afirmaron aquel 30 de octubre de 2012 que tras “la fuga” se desarrolló un “intercambio de disparos” que produjo las muertes. Pero tal versión fue desmentida debido a grabaciones que se filtraron a los medios de comunicación donde se veía a los policías ejecutando a uno de los “prófugos” en un solar cerca del recinto penitenciario, con el chaleco de balas mal colocado y una escena montada.
Los otros reclusos que fueron asesinados fueron Jeffy Sandoval,  Facsocary Núñez, Jeri Antonio Ortiz López, Bayron Zayas Morillo, Marcos Noel Brito y Gregorio Toribio.
Otros muertos
Aunque nunca se probó la relación directa de Elena Marizán con estos hechos, organizaciones de esa provincia denunciaron en aquel momento que tres personas claves en el crimen de Lohara fueron asesinadas. Entre esos estaba un agente de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett), por el que “El Guachi” también fue condenado a 20 años.
EL HECHO GENERÓ LA MISMA INDIGNACIÓN  
Quema de neumáticos, enfrentamientos, lanzamientos de bombas lacrimógenas y consignas exigiendo justicia formaron parte de la expresión de quienes consideraron injusta la condena a cinco años de prisión a Marlin Martínez, madre de Marlon, quien fue condenado a 30 años por el asesinato.
Hallada culpable del ocultamiento del cadáver de la adolescente embarazada, la reacción inmediata de la población que consideró benigna la condena de Marlin, fue lanzarse a la protesta callejera.
Eran los mismos reclamos que pedían 9 años atrás los ciudadanos de San Francisco de Macorís para que condenaran a Elena Marizán y a los autores materiales en el crimen de Lohara Tavárez.
En ambos crímenes, las criminales eran mujeres de alta sociedad.
Damas que antes de que sucedieran los terribles asesinatos eran respetadas en la provincia y que, además, eran conocidas como buenas personas por los ciudadanos

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