Los padres de las siamesas que nacieron el pasado viernes conocían de las malformaciones y cuidaron el embarazo hasta el último momento por ser cristianos.
Es el primer embarazo de la joven madre, de 32 años, que reside junto a su pareja en Lavapiés, en San Cristóbal, informó la cirujano-pediatra Cristina Paulino, la médico que encabeza el grupo de facultativos que le da seguimiento a las bebés.
Esos embarazos también, por su mala formación, no llegan regularmente a su término, por lo que se producen solo un caso de cada 100 mil.
“Esos mismos fetos se abortan espontáneamente sin ningún tipo de maniobra”, indicó Paulino.
“Estado de gravedad funcional”
Al ofrecer la situación de las niñas en el día de hoy, Paulino explica que se ha agravado, según las pruebas renal, hepáticas y cardiológica que se les ha realizado.
Recordó que es un solo cuerpecito al final y que lo que le pase a una afectará a la otra.
Las siamesas comparten el esternón, el hígado, el diafragma, pero tienen dos corazones y dos estómagos. Están unidas, además, por la cadera, poseen una sola vagina y no tienen ano.
A pesar de que poseen cada una su corazón, estos están conectados por una sola arteria aorta.
“El panorama es cada vez es más negativo”, sostuvo Paulino.
Reitera que si fallece una la otra niña también morirá por tener una sola aorta para los dos corazones, además de las otras complicaciones que poseen, y por eso no son separables.
La aorta es la arteria que maneja el mayor torrente de circulación de la sangre en el cuerpo humano.
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