WASHINGTON.- Fueron enviados a los Estados Unidos los restos mortales de los 13 soldados que perdieron la vida el jueves en el atentado terrorista contra el aeropuerto de Kabul, que fue reclamado por el Estado Islámico (EI) y dejó también decenas de afganos muertos.
Todos ellos eran niños cuando EE.UU. invadió Afganistán en 2001 para evitar que el régimen talibán siguiera dando refugio a los terroristas de Al Qaeda y dar caza a Osama Bin Laden, el «cerebro» de los atentados del 11 de septiembre de ese año y que falleció en una operación estadounidense en Pakistán en 2011.
De los 13 fallecidos, 11 pertenecían al cuerpo de marines, uno a la armada y otro al ejército.
Esa base es la encargada de recibir los soldados estadounidenses que mueren en el extranjero desempeñando misión.
Los restos mortales suelen llegar en un ataúd envuelto en una bandera estadounidense, el cual es transportado por miembros de las Fuerzas Armadas desde el avión hasta un coche fúnebre, en presencia de los familiares de los fallecidos.
La Casa Blanca no ha dicho aún si el presidente de Estados Unidos, Joe Bien, se desplazará a Dover para recibir los restos de los fallecidos, como sí han hechos sus antecesores en algunas ocasiones.
Biden ordenó el jueves que los edificios públicos ondeen a media asta la bandera estadounidense.
Ese día un supuesto combatiente del EI hizo detonar un chaleco con explosivos mientras pasaba controles de seguridad en uno de los accesos del aeropuerto de Kabul, la llamada Abbey Gate, donde miles de personas se aglomeraban con la esperanza de poder huir de los talibanes en uno de los vuelos de EE.UU.
Fuente: EFE
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