Tatuadores profesionales de diversas compañías en el Gran Santo Domingo se han mostrado en la disposición de explicar y enseñar al Listín Diario cómo realizan sus actividades de saneamiento para el cuidado de los clientes y sus trabajadores.
Valentín Pantaleón, quien es el propietario de Valens Tattoo, narró sus experiencias como experto en el área, ya que no solo es hacedor de tatuajes sino también que él y su “crew” realizan perforaciones de tipo mínimo y expansivo, aquí se llevan a bebés recién nacidos a realizarles su primera perforación.
“Con relación a Salud Pública siempre ha sido un mito y siendo claro no están las regulaciones de rigor, quien debe supervisar a uno debe tener conocimiento en el área, porque ellos no tienen ni idea de lo que supervisan, las técnicas de tatuado se han actualizado tanto que ya no se utilizan tantos instrumentos, ya todo es desechable”, informó Pantaleón, quien es tatuador profesional.
El artista detalló que en ocasiones parte de estos “supervisores” intentan extorsionar a los emprendedores del tatuaje e incluso teniendo sus respectivos lineamientos al día se les amenaza con el cierre de sus negocios.
“Mandan a Juan de los Palotes, que no sabe ni en qué pie está parado y al final solo quiere dinero”, declaró Pantaleón.
En local Valens Tattoo se puede observar la higiene con la que sus colaboradores efectúan sus diseños, cuentan con desinfectantes, guantes, caja aislante de desechos y cada una de sus herramientas viene en un empaque esterilizado. También por cada cliente se desinfectan los asientos y se utilizan nuevas agujas, tinta y guantes, además cuentan con una recepción para no causar aglomeraciones dentro del local.
“Todo se ha vuelto más simple para nosotros y los clientes, nosotros utilizamos unos cartuchos que se montan en la máquina y luego se botan. Nosotros no tenemos contacto directo con sangre y con los piercings también todo se bota, no hay contacto con nada, si al cliente le pasa algo los afectados somos nosotros”, explicó Pantaleón.
Los tatuadores fueron consultados sobre la advertecia de especialistas de que su oficio contribuya a contagios de la viruela del mono.
Otro testimonio
En el estudio de tatuajes Kocko Tattoos, su encargada Evelin Patrocino, quien es especialista en los tatuajes de sombras, va más allá de los cuidados clasificados de “típicos” para los tatuadores, ya que realizan en su local un proceso llamado desinfección electrostática, esta consta de aplicación sobre superficies de un desinfectante químico a través de un sistema especial de pulverización capaz de aprovechar la fuerza electromagnética para mejorar el poder de higienización y la realizan de forma mensual.
También cuenta con máquinas esterilizadoras y sus agujas tienen “cabezotes” los cuales evitan que después de ser utilizadas cualquier persona tenga contacto con ellas. Sus agujas solo se impulsan vía la máquina, luego de esto tienen un proceso de eliminación de este material.
“A todo lo que se le pone las manos aquí se desinfecta y se cubre con plástico, cada colaborador tiene una estación con sus herramientas, antes de que el Covid-19 llegará ya nosotros teníamos medidas de seguridad, aquí no se rehúsa nada, se esteriliza la boca de la máquina y por ahí no pasa tinta, se hace para evitar cualquier tipo de riesgo, los clientes deben lavarse las manos antes de pasar a la estación, el riesgo es básicamente nulo”, apuntó Patrocino.
Kocko Tattoos cuenta con una sala de espera y con cubículos separados para cada tatuador. Sus perforaciones son realizadas con catéteres que son desechados automáticamente cuando se termina el proceso, el ultrasónico y horno caliente son los responsables de sanitizar las piezas utilizadas.
Nathaniel Díaz, quien en sus tiempos libres es tatuador independiente, especificó que cada artista del tatuaje tiene sus propios medios para cuidar de ellos y su clientela.
“En mi caso lo mío se maneja bajo perfil, entre amigos y familiares, yo soy ingeniero y esto es más como un hobbie y un extra porque yo vivo de lo que estudié, no tengo estudio, simplemente voy a la casa de quien me solicite y resuelvo, pero no veo una forma clara cómo se podría transmitir la viruela por un tatuaje, ya que de ser más o menos posible sería con los piercings y ni así”, afirmó Díaz.
A su vez puso en tela de juicio la labor de las entidades de salud, las cuales calificó de “poco competentes”.
“En su momento cuando laboré en estudios, esos tígueres solo querían dinero cuando llegaban a los locales, tú podrías tener lo tuyo ready, pero ellos se sacaban un truco sucio bajo la manga para fuñir con uno y cuando tú le cuestionas que está mal, nadie te sabe decir porque ellos no manejan esas situaciones”, contó Díaz.
Los profesionales entrevistados resaltaron que les preocupa que en la actualidad hay varios locales comerciales haciendo tatuajes y piercings a bajo costo pero con nula sanidad.
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