La visión del entonces alcalde David Collado conectó con la del sector privado, que contribuyó con la obra.
La remodelación será inaugurada con la presencia del presidente Luis Abinader y dispondrá de paseos comerciales y culturales.Este domingo el Presidente Luis Abinader estará inaugurando el remozamiento de un tramo de la calle París.
Listín Diario realizó un recorrido por el punto más neurálgico de esta área, la intersección de la Duarte con París, para verificar el estado de los trabajos que fueron concebidos e impulsados en su momento por el entonces Alcalde David Collado, y para valorar su sostenibilidad en el tiempo.
Por décadas, la intersección de la Duarte con París fue una referencia del sucio y del desorden en el imaginario colectivo de los dominicanos. En este punto convivían cotidianamente la arrabalización, el desorden del tránsito, las aguas negras, la basura, el hacinamiento y el comercio informal. Mientras cientos de buhoneros arropaban las estrechas y destruidas aceras, cientos de autobuses saturaban estas dos vías en su salida o llegada desde todas las regiones del país.Por más de cinco décadas, la compleja interacción de los buhoneros, guagüeros, motoconchistas y comerciantes se convirtió en un obstáculo para la búsqueda de soluciones definitivas. Al mismo tiempo, el colapso del drenaje pluvial generó una profunda situación de insalubridad en la zona, acompañado de la falta de iluminación y una grave inseguridad para comerciantes y residentes.
La confluencia de estas problemáticas sociales complejas ocasionó que, a través de los años, diversos intentos gubernamentales y municipales fracasaron estruendosamente en el propósito de aportar orden al hormiguero humano que la Duarte con París convocaba en su día a día. Posteriormente, la construcción del elevado de la 27 de febrero atravesó toda la zona, dejando a edificios, calles y buhoneros arropados en el hacinamiento.
A partir de 2016, con la gestión de David Collado como Alcalde del Distrito Nacional, el equipo urbanístico del Ayuntamiento dio los primeros pasos para la elaboración de una propuesta de renovación de la Duarte con París que formó parte de la construcción de una nueva identidad de la ciudad de Santo Domingo.El proyecto se concibió con una visión urbanística que integró los objetivos de formalización del comercio urbano con diversas soluciones a la compleja problemática social, económica y de salubridad que allí existía. De esta forma, la renovación de la Duarte con París fue dimensionada más allá de un proyecto de limpieza y remozamiento, al incluir un plan de movilidad y seguridad; una intervención del drenaje pluvial; iluminación y soterrado de cables eléctricos; instalación de estructura de drenaje para los edificios de la zona; embellecimiento; y una profunda transformación de complejo tejido social y comercial de esta zona.
Esta colaboración público-privada, impulsada de forma principal por los empresarios Juan Vicini y Ligia Bonetti, abrieron un espacio en el cual los buhoneros y el empresariado coincidieron en la búsqueda del mismo norte. “Los empresarios, sobre todo doña Ligia, esa señora venía de noche, y usted la veía como una persona normal, interactuando con nosotros”, cuenta Méndez. “Lo hicieron de corazón, no solo aportando los recursos, sino también colaborando en el trabajo.”
Al día de hoy, la transformación es más que evidente. Basta con aproximarse a la zona para apreciar el contraste que existe entre aquella estampa de caos y podredumbre de un pasado no tan lejano y las condiciones de limpieza, dignidad y orden que se mantienen al día de hoy. La Duarte con París de aquel entonces fue sustituida por un espacio en el que se siguen respirando aires distintos.
Un recorrido breve a las etapas iniciales de este proyecto nos confirma que el tumulto propio de aquellas décadas es cosa del pasado. La ampliación de las aceras y la implementación de adoquines en las vías facilitan la circulación de peatones y vehículos. Las columnas del elevado que atraviesa la intersección pasaron del moho y el concreto curtido a hermosos murales de colores vivaces realizados por la artista plástica Kilia Llano, los cuales aportan un espíritu festivo y cultural a la zona. Las mesas que se abrían en medio de la basura y las aguas negras fueron sustituidas por módulos fijos que facilitan a los buhoneros la exhibición organizada de sus mercancías.
Pero para la mayoría de los buhoneros de la zona, la transformación ha sido un trayecto muy largo. José Méndez, Presidente de la Asociación de Buhoneros del Distrito Nacional (ABUDINA), rememora que llegó a la Duarte con País hace más de 35 años para poner un puesto de venta de periódicos. Luego de un tiempo, junto a sus periódicos, puso un maletín en el que empezó a vender relojes. En su primer fin de semana, se ganó 48 pesos, mucho más de lo que dejaban los periódicos en la semana completa.
Su vida de buhonero le permitió hacerse profesional. Todos los días partía de su puesto en la Duarte con París hacia la UASD, donde se graduó de Mercadeo. En esa época, la posibilidad de una transformación en esta histórica intersección parecía un imposible. “Un problema de más de 40 años. Pensábamos que era un sueño, no pensábamos que podía materializarse”, explica Méndez.Méndez fue parte del grupo de buhoneros que viajaron a Guayaquil durante la gestión del Alcalde Collado para conocer el modelo de transformación que se desarrolló en esa ciudad ecuatoriana y que se convirtió en referencia para toda la región. Cuenta que al conocer a los buhoneros de Guayaquil, “la impresión que nos dieron fue de que no eran buhoneros, sino que eran empresarios o funcionarios u otra cosa. Y al otro día fuimos a sus establecimientos a verlos trabajar y ahí vimos que sí eran buhoneros. De allá vinimos convencidos.”
Méndez relata que el éxito de la transformación de la Duarte con París radicó en la integración de buhoneros y otros sectores sociales con las autoridades municipales y el empresariado. “Lo que hizo este proyecto no fue solo cambiarle de un lugar indigno donde trabajábamos a un lugar más bonito, sino que también a nosotros nos incluyeron, y nos fueron reeducando, para que pudiéramos aceptar ese cambio”.
Luego de compartir la experiencia de Guayaquil, se lograron importantes avances en el consenso y diseño de las características más esenciales del proyecto. Y justo antes del inicio, llegó la pandemia de COVID-19.
“El proyecto se estancó. Perdí las esperanzas cuando David dijo que ya no iba a ser Alcalde. Y aunque él dijo que iba a velar por ese proyecto, dijimos ´bueno, pues el proyecto ya se cayó´”, explicó Méndez como parte de su relato. Para su sorpresa, poco tiempo después, el equipo de arquitectos y urbanistas que había desarrollado el proyecto los llamaron y les dijeron que el proyecto sería una realidad.
A pesar del cambio de autoridades municipales en abril de 2020, Collado había logrado el involucramiento del sector privado, lo cual permitiría el financiamiento y continuación del proyecto con fondos privados.
Martina Pimentel, Presidenta de la Asociación de Buhoneros de la París (ABUPA), coincide en que la participación del sector privado fue el punto de inflexión a partir del cual se logró la ejecución del proyecto. “Fueron momentos difíciles, estaba culminando el período del Alcalde David Collado, que fue quien impulsó el proyecto. Muchos políticos nos habían dicho muchas cosas.”
Pimentel narra que casi 200 buhoneros fueron beneficiados con la implementación del proyecto, con los que se logró articular una estructura armoniosa en la asignación de módulos contiguos a más de 50 comercios distribuidos en apenas dos cuadras. En adición, explica que a cada residente se le solucionó la apremiante situación de aguas negras, a la vez que soterraron la luz y pintaron los edificios.
“Yo hoy duermo tranquila. El aire que se respiraba aquí, la insalubridad, inseguridad, ya nada de eso impera en esta zona. Los atracos no existen y tenemos todavía seguridad 24 horas”, dijo Pimentel. Incluso, asegura que el valor de las propiedades de la zona se ha duplicado. “Mi apartamento me costó 2 millones en 2017. Ahora se están vendiendo en 5 millones. Y yo el mío no lo vendo ahora ni en 6”.
Los beneficios del proyecto se mantienen en pie, mostrando una cara totalmente renovada de la Duarte con París. La zona se mantiene organizada, limpia y sin rastros del caos que un día allí se albergó, como testimonio del éxito que se puede lograr cuando los sectores sociales, políticos y empresariales se unen en la búsqueda del bien común.
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