
“No llueve. No puedo alimentar a mi familia”, dice Beltinor, un hombre taciturno, con el rostro surcado por arrugas y un tono anaranjado en su cabello, mientras extrae raíces viejas de su pequeño terreno. “A veces pasamos un par de días sin comer”.
La sequía golpea más a una de las partes más desoladas y hambrientas de la nación más pobre del hemisferio y causa alarma en organizaciones internacionales de ayuda como el Programa Mundial de la Alimentación de las Naciones Unidas, que envió personal esta semana para distribuir trigo bulgur, aceite para cocina y sal.

Jacson Beltinor, de 4 años, fotografiado frente a su casa el 26 de marzo del 2014 en Bombardopolis, pueblo del noroeste de Haití afectado por una fuerte sequía y donde mucha gente pasa hambre. El pequeño muestra síntomas de malnutrición, incluido el cabello rojizo. (AP Photo/Dieu Nalio Chery)
El organismo dice que repartió alimentos entre 164.000 personas por ahora. El gobierno agregó que repartió 6.000 paquetes de semillas entre los campesinos. Las autoridades esperan dejar a la gente en condiciones de sobrellevar la temporada de lluvias, que empieza en abril, hasta las cosechas de junio.
En el “lejano oeste” de Haití ha llovido un 50% menos que lo habitual, continuando una tendencia que viene de los dos últimos años, según la Red de Sistemas de Alertas Tempranas de Hambrunas del Servicio Geológico de Estados Unidos, que observa el clima, la producción agrícola y los precios de los alimentos en un esfuerzo por evitar hambrunas.DE AP
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