domingo, 6 de julio de 2014

Demócratas piden fin del embargo a Cuba

AP
Miami
En su paso reciente por el barrio de la Pequeña Habana en Miami, el candidato demócrata a gobernador Charlie Crist dijo en público lo que pocos se atreven a decir al pedir el voto de los cubano-estadounidenses: Hay que poner fin al embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba.
"Si realmente les importan la gente en la isla, tenemos que liquidar el embargo y dejar que reine la libertad", dijo a los gritos, mientras un pequeño grupo de opositores clamaba "¡vergüenza!". No obstante, los gritos a favor de Crist fueron más fuertes.
La escena hubiese sido inconcebible unos años atrás, cuando los políticos se cuidaban mucho al hablar sobre el tema por miedo a malquistarse con los votantes cubano-estadounidenses, muchos de los cuales habían huido de la Cuba de Fidel Castro en la década de 1960.
Sin embargo, los demócratas intuyen que hay una nueva actitud por parte de los cubanos recién venidos y los cubano-estadounidenses de segunda generación partidarios de reanudar las relaciones diplomáticas con la isla comunista.
En una señal de hasta qué punto ha cambiado el clima, la demócrata Hillary Rodham Clinton, quien respaldó los límites al comercio durante su campaña por la candidatura presidencial en 2008, ahora pide que se levante el embargo. Lo llama "el mejor amigo de Castro" y dice que perjudica "nuestros objetivos más amplios de cara a América Latina".
Es la primera vez que uno de los principales aspirantes a la presidencia, de cualquiera de los dos partidos, sugiere derogar esta medida que lleva 52 años de vigencia.
Es el mayor desafío en décadas a la ortodoxia cubano-estadounidense y podría ayudar a reformular la política exterior de Washington.
También podría alterar el panorama político en el mayor estado pendular en cuanto al voto, donde el voto cubano se vuelca desde hace mucho a los republicanos debido a su intransigencia en materia del embargo.
La campaña de Crist determinará por primera vez a nivel de todo el estado si el embargo sigue siendo una piedra de toque para los políticos en Florida, donde vive el 70% de la comunidad cubana nacional.
Crist es un exgobernador republicano que dijo una vez que sólo iría a Cuba "cuando sea libre". Ahora que es un demócrata e intenta recuperar el puesto, ha dicho que quiere ir a La Habana "para aprender del pueblo cubano y ayudar a encontrar oportunidades para los negocios de Florida".
Dice que el embargo ha fracasado porque no ha derrocado el régimen castrista y en cambio perjudica al pueblo. "La definición de demencia es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente", dijo a la prensa al inaugurar una oficina de campaña en la Pequeña Habana.
Los republicanos de Florida, indignados, lo acusan de traicionar a la comunidad cubana.
El senador Marco Rubio, un posible candidato presidencial republicano e hijo de exiliados cubanos, dijo que el embargo es "la última herramienta que nos queda para asegurar que algún día regrese la democracia a Cuba".

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