A pesar de que desde hace dos semanas en la región no llueve con frecuencia, decenas de familias afectadas por las inundaciones en varias comunidades de las provincias de Monte Cristi y Puerto Plata siguen viviendo penurias porque todavía muchas casas están llenas de lodo, escombros y de efectos dañados.
Mientras los agricultores dicen que su situación se ha agravado, porque sus cosechas fueron arrasadas por las inundaciones que provocaron los aguaceros y la crecida del río Yaque del Norte, tras el desagüe de la presa de Tavera.
Residentes en Palo Verde, El Ahogado, Los Solares, Batey Hualterio y otras, dicen que lo perdieron todo y que nadie los ha auxiliado.
La misma queja expresan afectados por el repentino desbordamiento del río Gran Diablo, en Villa la Isabela, de Puerto Plata.
Otras, sin embargo, sostienen que mientras se encontraban alojadas en albergues, sus casas fueron saqueadas por delincuentes que les llevaron lo poco que salvaron de las inundaciones.Ramona Gutiérrez, Rafael Castro, Félix Viné y Ana Sánchez, dijeron que pese al lodo y la basura que aún inundan en menor escala sus casas, decidieron mudarse, porque no tienen adónde vivir.
Por igual expresan que lo perdieron casi todo, al tiempo que denunciaron que en la zona se ha desatado una plaga de mosquitos y que temen que eso junto a la basura genere enfermedades como el dengue y la leptospirosis, aunque reconocieron que las autoridades han fumigado las comunidades afectadas.
No obstante, informaron que el expresidente Leonel Fernández visitó esos lugares y que hizo entrega de cajas conteniendo alimentos y que igual operativo ha hecho el gobernador de Monte Cristi, Marcelo Cordero y otros funcionarios.
“Eso se agradece, porque en medio de tantas calamidades cualquier ayuda es bienvenida”, indicó Ramona Gutiérrez, otra de las afectadas.
Marisol Peña expresó que como ayuda ha recibido un pollo y las fundas que distribuyó Fernández, y admitió que algunas instituciones públicas y privadas han distribuido ropa a los afectados por las inundaciones, ya que perdieron todo.
Noemí de la Rosa Báez comunicó que la estufa, las camas, los muebles, un viejo televisor que tenía y otros efectos, se les dañaron por las inundaciones y que como ayuda ha recibido una caja de alimentos y un colchón, en el cual duermen apiñadas en medio de escombros y la humedad, al menos seis personas, entre ellos niños.
Asimismo, refirió que en las zonas afectadas representantes del Gobierno y de instituciones privadas distribuyeron estufas, lavadoras y otros efectos, pero que personas “vivas” que no fueron afectadas por las inundaciones, se hicieron pasar como damnificados, y que muchas de ellas fueron favorecidas, quedando sin esas ayudas las que verdaderamente las necesitaban por haber perdido lo que tenían.
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