El magistrado José Alejandro Vargas dictó ayer un año de prisión preventiva contra Martín Batista Ogando, quien es acusado de haber asesinado a su expareja, la joven Geraldine Ivette Sánchez Baldera, de 29 años de edad.
“Él tiene que prepararse para pugar por lo menos 30 años en la cárcel, se lo digo para que lo escuche, porque al final de la jornada la ley establece para eso 30 años”, afirmó el juez del Juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional.
Vargas dispuso que Batista Ogando cumpliera la medida de coerción en la cárcel del kilómetro 15, en Azua, tras rechazar los pedimentos de la fiscalía y la defensa, quienes optaban por La Victoria y el recinto de San Pedro de Macorís. Manuel Soto Lora, abogado del imputado, consideró que su cliente puede correr peligro en esa cárcel debido a sus niveles de peligrosidad.
En tanto que Saida Carrasco, abogada de la víctima, aseguró que la medida del magistrado es la correcta, y agregó que las cárceles de este país cuentan con todas las garantías en materia de derechos humanos.
“No se ha demostrado que el imputado tenga su vida en peligro, creemos que lo adoptado por el magistrado José Alejandro Vargas es lo jurídicamente correcto”, indicó Carrasco.
En tanto que los familiares de la víctima pedían a gritos justicia por la muerte de Geraldine Sánchez, quien el pasado viernes fue asesinada por Batista Ogando.
El acusado acudió aquel fatídico día al trabajo de la víctima y la abordó en su jeepeta para supuestamente conversar; momentos después le disparó en la cabeza y lanzó su cuerpo hacia el pavimento a plena luz del día y delante de los transeúntes.
Acusado. Martín Batista Ogando deberá cumplir un año en la cárcel en el kilómetro 15, en Azua, como medida de coerción.
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