Con frecuencia, algunas personas indagan acerca de cuál es el orden correcto de los nombres de Mella, si Matías Ramón o Ramón Matías. En “Narraciones dominicanas” (1960), de Manuel de Js. Troncoso de la Concha, figura un artículo titulado “Nombres de dominicanos conspicuos”, en el que su autor refiere que diversas personalidades prominentes, por alguna razón, cambiaron uno de sus nombres o alteraron el orden de los mismos. Tal el caso del padre Meriño, cuyo nombre era Fernando Antonio, pero -como a este no le gustaba ese apelativo- posteriormente lo cambió por Arturo. Sin embargo, cuando Meriño fue presidente de la República -y luego Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo- nunca usó el Arturo y se limitaba a firmar Fernando A. Meriño, acaso para “no negar el Antonio ni tampoco desmentir el Arturo”, escribió Troncoso de la Concha. El apellido materno de Sánchez era Del Rosario, pero en su adultez prefirió anteponerlo al paterno, de suerte tal que devino Francisco del Rosario Sánchez, aun cuando siempre firmó F. R. Sánchez.
Bautismo y boda. La partida de bautismo de Mella, firmada por el cura párroco Agustín Tavares, dice así: “En la ciudad de Santo Domingo y marzo seis de mil ochocientos diez y seis, yo, el infrascrito Cura Teniente de esta Santa Iglesia de la Catedral bauticé solemnemente puse óleo y chrisma a Ramón, con once días de nacido, hijo legítimo de Antonio de Mella y de Francisca Castillo, naturales de esta ciudad y nuestros parroquianosÖ” Años después, tras contraer nupcias, el 30 de agosto de 1836, en la partida de matrimonio, puede leerse que “siendo las siete de la noche, ante mí, Martín Guzmán Galicia, Oficial del Estado Civil de la Común de Santo Domingo, comparecieron los ciudadanos Ramón Mella, natural de esta ciudad, de edad mayor, Preposé de la común de San Cristóbal y Josefa Brea, natural de esta ciudad, de edad mayor”.
¿De dónde viene el Matías? Alcides García Lluberes sostiene que al parecer Mella nació alrededor de la media noche entre el 24 y el 25 de febrero de 1816, porque su segundo nombre, Matías, corresponde al Santo del día 24 de febrero. Con anterioridad a la independencia, empero, hay documentos en los que Mella firmó como M. R. Mella, según consta en la Manifestación del 16 de enero de 1844 y en una comunicación del 28 de febrero que la Junta Central Gubernativa le dirigió al Cónsul francés Saint Denys. No obstante, sus amigos y correligionarios del partido trinitario no lo llamaban Matías. En carta del 15 de noviembre de 1843, que Francisco del Rosario Sánchez y Vicente Celestino Duarte le dirigieron a Juan Pablo Duarte -entonces en Caracas, durante su primer exilio-, en la que, entre otras cosas, le informaban: “Ramón Mella se prepara a ir para allá, aunque nos dice que va para Saint Thomas y no conviene que te fíes de él”
Ramón Mella. La generalidad de los documentos oficiales y privados consultados indica que, durante su vida pública, el prócer nunca firmó Matías Ramón, sino que indistintamente estampaba su rúbrica como Ramón Mella, R. Mella o simplemente Mella. En su Testamento, hecho y firmado el 5 de mayo de 1859, se consigna lo siguiente: “Por ante mí, José Leandro García, Escribano público de la residencia de Puerto Plata, abajo firmado. Compareció en mi oficio el Sr. Don Ramón Mella, General de División de los Ejércitos de la República, Comandante de Armas de esta ciudad, en donde es propietario y domiciliado y declaróÖ” Al final del referido testamento, el prócer firmó: R. Mella; firma con la que también refrendó una Proclama patriótica dirigida “A mis conciudadanos”, el 16 enero de 1864. Durante la guerra restauradora, varios documentos oficiales dan cuenta de que el Ministro de Guerra y también General en Jefe de los Ejércitos del Sur era Ramón Mella, nombre que aparece en diversos decretos emitidos por el gobierno restaurador. No muchas personas son conscientes de que el 17 de marzo de 1864, con su salud ya muy deteriorada, Mella fue electo vicepresidente del gobierno restaurador. Pues bien, en el Libro de Actas de las Sesiones del Supremo Gobierno de la República leemos que “por escrutinio secreto, y recogida la votación, resultó electo por unanimidad el honorable Señor General Ramón Mella” Acto seguido el Gobierno dispuso que “se comunique debidamente al Sr. General Ramón Mella la elección que se ha hecho en su persona para vicepresidente” En suma, no se incurre en error ni en distorsión histórica si, respetando la voluntad de tan insigne prócer y Padre de la Patria, nos referimos a él usando su primer nombre preferido: ¡Ramón Matías Mella y Castillo!
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