Santo Domingo. Desde hace casi un año, cuando se dio a conocer el primer caso de coronavirus en la República Dominicana, el 1 de marzo de 2020, el país se ha visto en la obligación de reinventarse para continuar con el ejercicio de algunas actividades prescindibles para el desarrollo económico.
Tal es el caso de la educación, que las autoridades se vieron en la necesidad de sacar a los estudiantes de las aulas y llevar el pan de la enseñanza hasta sus hogares a través de las plataformas tecnológicas como Internet y los medios tradicionales (radio y televisión)
Sin embargo, este recurso no solo ha beneficiado a los estudiantes matriculados en centros de estudios, sino, que muchos adultos en todo el país han visto en esto la oportunidad de alfabetizarse o reforzar sus conocimientos.
elCaribe conversó con algunas de esas personas quienes manifestaron su deseo de que el Gobierno continúe la trasmisión de esas clases debido a que son útiles, no solo para los niños, sino para sus padres, tutores y abuelos que no pudieron acudir a las escuelas.
Azua
La ama de casa Rosery Altagracia Vargas, cada día se sienta frente a su televisión junto a sus tres hijos para continuar con el programa de aprendizaje que inició con el Plan de Alfabetización desarrollado por el Estado durante el mandato de Danilo Medina.
Santo Domingo Oeste
De su lado, el emprendedor Víctor Ramón Peralta, de 33 años, residente en Manoguayabo, de Santo Domingo Oeste, aprovecha las clases del segundo de bachiller, las cuales le han permitido desarrollar sus conocimientos. Como su tiempo es limitado por asuntos del trabajo, busca la clase de cada día en YouTube.
“Yo me he desarrollado bastante y mi negocio (venta de picaduras) ha avanzado después de que estoy recibiendo clases”, sostuvo Peralta, quien sueña con estudiar Contabilidad y Administración de Empresas.
Está seguro que al igual que él muchas personas están aprovechando esas clases y es por esta razón que aboga para que sean permanentes.
Villa Verde
El operador de vehículos pesados para reparación de carreteras, Moisés Morván, de 35 años, reside en Villa Verde, está tomando las clases virtuales del cuarto de educación inicial.
“Yo dije: bueno, voy aprovechar porque los profesores dan buenas clases para que los estudiantes tengan buen entendimiento y los que hasta ahora no hemos tenido tiempo para ir a la escuela, esta es una buena oportunidad”, indicó el operador.
Morván, quien manifestó agradecimiento por el programa, dijo que si logra completar sus estudios básicos, se matriculará en Ingeniería Civil.
“Le pedimos al presidente que deje las clases virtuales para nosotros que no podemos acudir a las escuelas porque ya estamos edad, que lo dejen porque ha sido de mucha importancia para nosotros”, pidió.
Los Alcarrizos
En el sector Los Alcarrizos, reside la conserje de la Escuela Pablo Neruda, Cristina Guzmán, de 60 años, quien ha aprovechado la docencia para refrescar sus conocimientos y así poder ayudar a sus dos nietos. Toma las clases del cuarto de primaria.
“Ya tenía olvidada la Matemática y la Lengua Española, pero ya he refrescado la memoria”, subrayó, la dama que solo llegó hasta el octavo grado de la primaria.
Al igual que Guzmán, Jackaury Altagracia de León, de 32 años, reside en Los Alcarrizos. Está reforzando sus conocimientos para poder apoyar a sus cuatro hijos y a su sobrina.
La ama de casa quiere ser psicóloga clínica.
Santo Domingo Este
La ama de casa Juana Estela González, de 69 años, se ha visto motivada de ver las clases virtuales porque su vecina, Nayrobis, es maestra y forma parte del cuerpo de maestros de esta plataforma.
Pese a que confesó “que no le entra nada”, en referencia a que no aprende, cada vez que tiene la oportunidad se sienta a ver a su vecina que imparte la materia de inglés.
“El problema son los apagones, ayer se pasó el día entero sin luz”, expresó González preocupada.
San Pedro de Macorís
Danesy Navarro, de 37 años, es artesana (diseña joyas), se beneficia con la docencia del segundo grado de la secundaria debido a que uno de sus objetivos es poder concluir este ciclo para formarse como educadora.
“Estamos viviendo tiempos difíciles y si no aprendemos, no podemos superarnos, y sé que de una manera u otra tengo buscar la manera de que mi estado de vida cambie”, acotó Navarro madre de dos hijos adolescentes.
La artesana ve estas docencias como un gran aporte por parte del Estado para la sociedad, lo motiva a los padres para avanzar junto a sus hijos.
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