La tranquilidad imperó este sábado en Juana Méndez (Haití), Dajabón y otras localidades fronterizas, tras el terremoto de 7.2 que se registró este sábado en la ciudad de Saint Louis Du Sud y Nippes en el Sur del vecino país, dejando hasta el momento 304 muertos y al menos, 1,800 heridos.
Haitianos consultados por Listín Diario dijeron que en Juana Méndez, Fort Liberté y otros pueblos cerca de la frontera dominicana, el sismo se sintió con fuerza, pero que no causó daños.
Matri Paul, una comerciante haitiana que vive en Juana Méndez, proclamó que se dirigía a Dajabón a comprar mercancías cuando sintió que la tierra se movía.
En ese contexto, reveló que pensaba que le había dado una tontera, pero que fue en territorio dominicano que se enteró que la tierra en su país había temblado y que dejó muertos, heridos y destrucciones.
Mientras Jamel Pierre, refirió que se encontraba en un establecimiento comercial de Juana Méndez, cuando sintió que el local se movía fuertemente.
Sostuvo que vio a muchas personas salir corriendo despavoridas de sus casas, pero que no tiene reportes de daños y menos de lesionados.
Otros haitianos, sin embargo, se muestran apáticos al terremoto, alegando que ocurrió en una parte muy lejo de las comunidades fronterizas donde residen.
El motoconchista Félix Copeux narró que no sintió el temblor de tierra porque estaba transitando.
El primer ministro de Haití, Ariel Henry, declaró este sábado el estado de emergencia, debido al potente movimiento telúrico.
Sin embargo, haitianos al ser entrevistados por este diario, estimaron que esa medida no puede afectar a los pueblos y ciudades del Norte, Noreste y Noroeste de Haití, sino al Sur, principalmente a las localidades donde se sintió el fenómeno.
“Esperamos que la medida del primer ministro no afecte a los pueblos fronterizos cercanos a la frontera dominicana, porque aquí todo está normal”, enfatizó el activista de derechos humanos Jorge Mirambaux Pierre.
CRUZARON
Este sábado decenas de haitianos, muchos de ellos ajenos a lo que ocurrió en el sur de su país cruzaron a territorio dominicano para comprar productos esenciales y vender algunas mercancías.
Tanto la puerta fronteriza del lado dominicano, como la haitiana se mantuvieron abiertas y se observaba un amplio dispositivo de seguridad de miembros del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront), inspectores de Migración y de otras agencias de seguridad.
En tanto, que a lo largo de la carretera que une a Dajabón con Santiago, los puestos de controles que maneja el Ejército de República Dominicana, se mantenían reforzados y todos los vehículos que se dirigían en dirección Este desde la frontera eran minuciosamente requisados.
Pero un oficial del Ejército refirió que esos chequeos son rutinarios y que se hacen diariamente, sin importar cualquier situación que ocurra en la vecina nación para evitar actos ilícitos.
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