Este domingo 24 de julio los dominicanos presenciarán el momento en que en David Ortiz, quedará, de manera oficial, inmortalizado en el Salón de la Fama del Béisbol.
Con el “Big Papi” ya son cuatro los representantes de República Dominicana que han sido exaltados en el templo de este deporte en Cooperstown. Esto convierte al país en la segunda nación de Latinoamérica, ahora junto a Puerto Rico, con la mayor cantidad de inmortales.
La “Isla del Encanto” cuenta con el primer latino en Cooperstown: Roberto Clemente. Ingresado de manera especial en 1973, tras su trágica muerte un año antes.
A Clemente se le unió Orlando Cepeda justo ante del nuevo milenio, seguido por Roberto Alomar doce años después y recientemente Iván Rodríguez, uno de los mejores receptores en la historia del béisbol.
El tercer lugar lo ocupa Panamá que, a pesar de no ser conocida como una “fábrica de peloteros”, ha producido dos de los jugadores más dominantes en sus respectivas posiciones: Rod Carew (seleccionado en 1991) y Mariano Rivera (2019).
Finalmente está Venezuela, que solo cuenta con Luis Aparicio (1984), pero que tendrá otro miembro del Salón de la Fama cuando Miguel Cabrera decida retirarse.
¿Quién tiene más?
La respuesta es Cuba, que previo a la votación de este año también estaba empatada con Puerto Rico, ya que podía presumir de Martín Dihigo (1997), Tony Pérez (2000), José Méndez (2006) y Cristóbal Torriente (2006).
Pero con la inducción de Minnie Miñoso y Tony Oliva, seleccionados por el Comité de Veteranos de la Época Dorada, suman seis miembros.
Seleccionado en el ciclo de elección para este año, el “Big Papi” tiene los numeritos suficientes como para formar parte de este exclusivo círculo, pero es quizás mejor conocido por sus hazañas en momentos decisivos.
Los criollos
Los dominicanos esperan con ansias el discurso de Ortiz que, es quizás el bateador más “clutch” en la historia de Grandes Ligas. Un jugador que se crecía en sus turnos más importantes y una de las piezas claves para romper la “Maldición del Bambino” de las Medias Rojas de Boston.
Su mejor actuación fue en la Serie Mundial del 2013, donde levantó su tercer y último Trofeo del Comisionado, además de ser nombrado el Jugador Más Valioso (MVP, por sus siglas en inglés) de esa final, luego de tener un astronómico promedio de bateo de .688.
También está Juan Marichal, el primer criollo exaltado en Cooperstown. El “Monstruo de Laguna Verde” obtuvo la distinción en 1983 tras 15 años en Grandes Ligas, en las que acumuló una efectividad de 2.89 y alcanzó las 320 entradas lanzadas en un par de ocasiones.
El segundo fue Pedro Martínez, el lanzador más dominante de su era. Son varios los adjetivos que podrían describir las actuaciones de Pedro en su punto más alto, siendo esta un toque de queda para los dominicanos.
Entre sus logros más grandes está ganar el premio Cy Young al mejor lanzador de la temporada en tres ocasiones, una de ellas llevándose la Triple Corona (líder en victorias, ponches y efectividad), ser uno de los seis pítchers en la historia en conquistar este galardón en la Liga Americana y la Nacional; y ponchar a más de 3,000 bateadores.
Finalmente está Vladimir Guerrero, un bateador por excelencia que mantuvo su promedio por encima de los .300 prácticamente toda su carrera.
“La Tormenta de Don Gregorio”, se caracterizó por conectar con todo tipo de picheo, dentro y fuera de la zona de strike, batear sin guantillas y por tener un cañón en vez de brazo durante sus mejores años patrullando los jardines.
Futuros miembros
Este cuarteto se expandirá en los próximos años. Adrián Beltré probablemente será el próximo en unirse en 2024, cuando aparezca por primera vez en la boleta del Salón de la Fama.
Similar a los de sus colegas, el currículo de Beltré está lleno de hitos: cinco veces ganador del Guante de Oro, más de 3,000 imparables, más de 470 cuadrangulares y un WAR de 93.5.
Otro que se unirá a esta lista será Albert Pujols, quien simplemente es el mejor bateador extranjero en la historia de Grandes Ligas y entrará en el Salón de la Fama en su primer intento.
No obstante, el caso de Pujols, al igual que el de Cabrera, dependerá de cuando decida retirarse del béisbol profesional, ya que las reglas dictan que los jugadores deben esperar cinco años para ser elegibles.
Con este par ascendería a seis en total, quedando en el primer lugar con Cuba, aunque las posibilidades de romper la igualdad quedarían en manos de la actual generación.
Esto porque las candidaturas de los que tienen mejores estadísticas, como Alex Rodríguez, Manny Ramírez y Sammy Sosa, están envueltas en escándalos de dopaje, suspensiones y problemas fuera del terreno del juego.
La esperanza radica en una nueva camada de peloteros liderada por Juan Soto, Fernando Tatis Jr y Vladimir Guerrero Jr, quienes han tenido un buen inicio de carrera, pero deben mantener su nivel de excelencia por muchos años para alcanzar el logro de sus predecesores.
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