Luego de ganar las primarias opositoras con el 92,5 por ciento de los votos, ser inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años y verse obligada a traspasar su capital político al diplomático y académico de 74 años Edmundo González Urrutia, Machado parece imbatible.
Luego de ganar las primarias opositoras, María Corina Machado fue inhabilitada para ejercer cargos públicos y traspasó su candidatura a Edmundo González Urrutia. A sus 54 años, la política, ingeniera industrial y profesora venezolana María Corina Machado es considerada como el fenómeno electoral más arrollador en Venezuela desde el Hugo Chávez de 1998 dado que, aún en cuerpo ajeno, ha sido capaz de movilizar a miles de personas para que su movimiento político, Vente Venezuela, logre vencer en las urnas a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del próximo 28 de julioLuego de ganar las primarias opositoras con el 92,5 por ciento de los votos, ser inhabilitada para ejercer cargos públicos por 15 años y verse obligada a traspasar su capital político al diplomático y académico de 74 años Edmundo González Urrutia, Machado parece imbatible.
De manera inédita, las encuestas aventajan a su candidato por entre 11 y 37 puntos sobre Maduro mientras que la presión internacional sobre el régimen parece querer invitarlo, con insistencia, a que acepte una transición gubernamental porque, como señala María Corina, lo que está pasando en Venezuela “es la demostración de que una vez que un pueblo decide cambiar y se organiza, al final todo lo que parecía inamovible empieza a ceder”.
EL TIEMPO habló con la principal líder opositora venezolana a menos de un mes de la cita electoral que, está segura, le cambiará el rumbo a Venezuela.
A continuación Listín Diario reproduce la entrevista completa:
Tanto la oposición que usted lidera como el chavismo arrancaron oficialmente campaña el pasado jueves en Caracas. ¿Cómo es para usted liderar un proceso en el que no es candidata?
Suena raro decir que está arrancando cuando no hemos parado durante tantos años y en particular durante los últimos meses. La semana pasada, lo que vimos en la frontera fue monumental, estamos hablando de que en San Cristóbal fueron más de 200,000 personas, algo que no se veía desde hacía décadas en el país y, a pesar de que estamos en una circunstancia económica terrible: no hay gasolina, no hay transporte público, la gente es perseguida, amenazada, han llegado incluso a romper carreteras para que no puedan acompañarnos... Esto lo que te demuestra es que nuestra causa se ha convertido en un lazo de familia y por eso vemos un movimiento que va mucho más allá de los partidos e incluso de las posiciones ideológicas.
De manera inédita, las encuestas concuerdan en que Edmundo González aventaja a Nicolás Maduro y de lejos. ¿Cree que hay algo podría frenar el triunfo de la oposición?
Primero, yo les sugiero que vean bien las encuestas, porque hay algunas que pueden tener errores metodológicos y hay otras que pueden tener otras intenciones. Lo mismo pasó con las primarias donde decían que no íbamos a pasar del medio millón de personas y terminamos participando casi tres millones. Mira, nunca habíamos ido a una contienda electoral con tal nivel de apoyo y donde estamos convencidos de que vamos a ganar. La calle está hablando y está hablando duro.
Una campaña duramente asediada por el oficialismo, cuando más de 30 personas afines a su partido han sido detenidas…
El régimen está persiguiendo gente, periodistas... Yo no he aparecido en ninguna entrevista de televisión nacional desde hace 10 años. Hemos hecho esta campaña sin una sola entrevista en medios públicos nacionales de televisión o radio, ni una. Aquí no hay plata, aquí no se reparten afiches, la gente lo está escribiendo con sus propios recursos y esto se ha convertido en una verdadera avalancha. Lo que yo les digo es: prepárense, porque somos una fuerza tan grande que es imposible que el régimen no lo vea.
¿Confía en el proceso electoral del 28 de julio?
No se puede hablar de una elección limpia y libre cuando la candidata elegida en las primarias, que en este caso fui yo, no puede participar y en momentos donde hay casi 10 millones de venezolanos con derecho al voto a los que no les permitieron registrarse ni afuera ni adentro. En Venezuela estamos ante un escenario que no es ni libre ni justo. Ahora, nosotros somos conscientes que tenemos obstáculos enormes y los hemos ido superando uno por uno. Por eso, el régimen tendrá que entender que el mundo está siguiendo esto muy de cerca y que los venezolanos vamos a hacer valer y defender nuestra soberanía popular expresada en el voto.
Atrás quedó la María Corina que fue muchas veces relacionada con la derecha más radical en Venezuela, ahora la vemos como una figura que apela al cambio y a la ilusión antes que a la crítica frontal. Sobre el hipotético escenario en el que gane Edmundo González, ¿habrá amnistía para Maduro y el chavismo o una persecución frontal?
Creo que el régimen, que valga decir no es monolítico, ya se dio cuenta de que su mejor apuesta es avanzar en una negociación seria donde se cumplan los acuerdos. Los últimos meses se han negado a continuar avanzando con los compromisos que el acuerdo de Barbados contempla y, hasta esta semana, dijeron que están dispuestos nuevamente a hablar.
¿Por qué?
Creo que lo hacen porque saben que nuestra fuerza es indetenible y que el régimen, a la fuerza y por las malas, no es sostenible. En ese sentido, nosotros hemos sido claros, insistentes y explícitos en todo lo que hemos dicho estar dispuestos a avanzar en un proceso de negociación con garantías para las partes y en donde exista justicia en Venezuela.
¿Y si no existe esa buena voluntad? ¿Cómo piensan gobernar un país ante una presión de quien no quiere ceder el poder?
Primero lo que yo les pido es: un día a la vez. Nos dijeron que era imposible llegar hasta aquí, que era imposible conseguir un candidato, que era imposible montar las estructuras de defensa del voto sin dinero, que era imposible lograr este movimiento sin medios y miren todo lo que estamos haciendo. Lo que está pasando en Venezuela es inédito y es la demostración de que una vez que un pueblo decide cambiar y se organiza, al final todo lo que parecía inamovible empieza a ceder.
¿Confía entonces en que la misma fuerza chavista se desintegre?
Dentro del régimen cada vez hay más voces que se nos acercan y nos dicen: “nosotros queremos entender cómo sería el futuro para nosotros en el escenario de una transición”, y, ahí, hemos sido muy claros. Yo lo he dicho: el día que yo sea presidenta, lo voy a ser de todos los venezolanos, de modo que es un momento en el cual hay que abrir los brazos y los corazones.
Imagínense lo que será la Venezuela del 29 de Julio en adelante cuando ganemos. Efectivamente, ellos tienen el control ilegítimo de distintos órganos del poder público, pero que también están integrados por venezolanos que comparten en muchos casos aspiraciones comunes a las nuestras: también quieren a sus hijos de regreso y un país donde exista prosperidad. La realidad es que la inmensa mayoría de Venezuela quiere un cambio que nos devuelva a la institucionalidad democrática y yo creo que muchas de las personas que conforman estos órganos del poder público van a contribuir a que esa transición avance de manera estable, sostenida y pacífica.
Volviendo al diálogo, justo esta semana Estados Unidos retomó las conversaciones con el gobierno de Maduro. ¿Cree que esta aproximación es algo positivo o se pudo hacer de una mejor manera?
Claro que se pudo hacer de mejor manera, lo hemos dicho mil veces. El acuerdo de Barbados establecía mecanismos de seguimiento, verificación y cumplimiento. Por nuestra parte, cumplimos todo y fuimos muchísimo más allá y quien ha violado sistemáticamente el proceso ha sido el régimen de Maduro. ¿Por qué ahora este interés repentino de restablecer las conversaciones? No lo sé y no quiero especular, obviamente cada quién tiene sus interpretaciones. Lo importante es que algo salga de ello.
¿No teme que el acercamiento entre Washington y Caracas aventaje a Maduro?
A mí eso no me preocupa. Yo, honestamente, creo que aquí nadie se chupa el dedo ni dentro ni fuera de Venezuela, lo hemos visto incluso con los gobiernos de la región que han sido muy claros: el gobierno de Paraguay, de Uruguay, de Chile, de Argentina, de Ecuador, e incluso los de Colombia y Brasil, que a tenían cercanía por diversas razones con Maduro, y que han sido muy claros en poner como prioridad los estándares internacionales.
¿Tampoco le preocupa que Donald Trump regrese a la Casa Blanca?
El conflicto venezolano es de tal magnitud y prioridad para Estados Unidos en términos de su seguridad nacional y regional que es uno de los pocos temas que cuenta con el apoyo bipartidista. La única manera de que Maduro pueda quedarse en el poder es a la fuerza, los votos no los tiene, todo el mundo lo sabe, y eso implicaría unas consecuencias terribles para la región, no solamente en términos de sus vínculos geopolíticos con Rusia, Irán y con grupos guerrilleros y terroristas internacionales, sino desde luego en términos de migración.
Según la encuestadora Delphos, si Maduro es reelegido, un 25 por ciento de los venezolanos abandonaría el país…
Efectivamente. En cuestión de meses, estaríamos ante la ola de migración más grande de la historia de Venezuela, un éxodo masivo de muchos de quienes están esperando a que el 28 de julio se dé la gran oportunidad del cambio. Por eso, no solo queremos detener esta migración forzada, sino que muchos venezolanos que están afuera regresen a nuestro país. Nosotros seguiremos manteniendo Venezuela como un tema que trasciende lo ideológico y partidista para que se vea como lo que es: una crisis humanitaria monumental y un tema de seguridad hemisférica.
Sobre la propuesta de plebiscito que la administración de Gustavo Petro le presentó al régimen y que a este no le convenció, ¿qué garantías cree usted que, particularmente, el presidente de Colombia le puede ofrecer a Maduro para que se encamine por la senda de la democracia?
El régimen no solo está cada vez más aislado internamente, sino internacionalmente cuando vemos cómo antiguos aliados o personas con algunas ideas afines al régimen, o que tuvieron pertenencia a grupos en conjunto, plantean claramente que tiene que haber un proceso electoral creíble para que la comunidad internacional lo reconozca. De modo que creo que Maduro lo que va a sentir es cada vez más presión interna y externa. La intervención del presidente Petro es más que justificada porque esto es un tema de absoluta prioridad para la propia paz en Colombia y yo creo que el interés de Maduro está en escuchar estas opciones y lograr acuerdos previos al 28 de julio.
Si bien hemos visto esas buenas intenciones del gobierno Petro por llegar a un acuerdo, también recientemente anunció que no enviará observadores a las elecciones porque ya no había tiempo. ¿Siente que el gobierno colombiano es un intermediario equilibrado e imparcial para Venezuela?
Yo creo que en la medida que el gobierno colombiano cumpla lo que públicamente ha dicho en términos de transmitir con claridad y precisión las aspiraciones de los venezolanos, y en la medida que el régimen lo escuche, podrá tener el rol de intermediación. Yo no puedo afirmar en este momento que esa comunicación está fluyendo ni que esa intermediación se esté dando porque no tengo información al respecto. Sin embargo, y esto es algo que se lo he hecho saber al presidente Petro, es que creo que él sí tiene un papel importante en este asunto, así como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Diosdado Cabello ha insistido que usted tiene un plan para escapar del país por Colombia. ¿Qué le responde?
Yo no tengo nada que decir al respecto. Tengo 10 años con prohibición de salida del país. Lo que yo sí le diría es que yo no podría irme de Venezuela para no regresar, eso no existe.
Sobre la presencia de integrantes de grupos guerrilleros colombianos como el ELN o la Segunda Marquetalia en Venezuela, ¿cuál es su postura?
La situación es dramática en el sentido de que más del 60 por ciento del territorio venezolano hoy no está bajo el control del Estado debido a la presencia, no solamente de estos grupos guerrilleros, sino de muchas otras redes del crimen local e internacional. Una de las prioridades que tendremos va a ser la de rescatar la integridad de nuestro territorio y ejercer la soberanía en cada uno de sus milímetros cuadrados. No va a ser un proceso fácil, porque evidentemente el proceso de desinstitucionalización de nuestros cuerpos de seguridad del Estado ha sido brutal, pero yo tengo confianza que hay hombres y mujeres que están ávidos por servir a la patria y no a un sistema criminal. De modo que, lo que sí podemos garantizarles a Colombia y a la región es que tendremos un gobierno serio que va a contribuir a las políticas de paz, estabilización y justicia.
Especialmente, cuando la región enfrenta una grave ola de violencia por cuenta del crimen trasnacional…
Todas las horribles operaciones de redes del crimen organizado, desde el Tren de Aragua hasta otros similares, que están cometiendo estragos en distintos países, incluidos Estados Unidos, Chile y Argentina, han demostrado que Venezuela se ha convertido en una especie de santuario para estas actividades delictivas con la complacencia y la participación en muchos casos del propio régimen. Por eso es fundamental detener este proceso de desestabilización política desde la raíz del problema.
¿Por qué dice que Venezuela puede ser clave para la resolución de la crisis energética?
Voy directo al caso de Colombia, que tiene un problema grave de déficit en materia de suministro de gas, y que no se va a resolver mientras Venezuela no se muestre como un proveedor confiable. ¿Quién va en su sano juicio a invertir en un país donde no hay respeto a la propiedad privada y que está en último lugar en términos de los indicadores de Estado de derecho a nivel global? Por el contrario, una Venezuela que avance en un proceso de institucionalización democrática, donde se abran los mercados, donde haya Estado derecho, traerá enorme inversión y va a permitir esa complementariedad energética con el mercado de Colombia y, desde luego, con el de otros países. Mi apuesta es que Venezuela se convierta en el hub energético de las Américas, no solamente para beneficio de los venezolanos, sino para beneficio de toda la región.
De ganar Edmundo González, ¿cuál será su rol en ese gobierno?
Yo seguiré sirviendo a mi país donde sea más útil, eso es algo que obviamente no me corresponde decirlo a mí y, en su momento, el presidente Edmundo González lo anunciará.
Pero, se habla de un llamado a elecciones extraordinarias en el que usted pueda ser candidata presidencial. ¿Es así?
En este momento, nosotros estamos concentrados en unas solas elecciones que son las del 28 de julio, y esas son las que vamos a ganar.
¿Bajo su batuta engranarían también figuras opositoras como las de Juan Guaidó, Leopoldo López o Henrique Capriles, con las que en el pasado no se logró una sólida congruencia?
De momento, eso no me corresponde a mí, sino a quien será nuestro presidente: Edmundo González. Lo que sí le puedo asegurar es que, más que un gobierno, lo que hemos planteado es una gran alianza nacional para la construcción de unos pilares republicanos éticos y liberales muy sólidos.
De cara a las elecciones del próximo 28 de julio, ¿cuál es su mensaje?
Lo que yo les digo es: tengan la seguridad de que esto está avanzando con mucha más fuerza de lo que jamás nos imaginamos y de que Venezuela se merece esta gesta épica que va a cambiar la historia para siempre. A todos los venezolanos que están por fuera del país, aprovecho para decirles que los que puedan venir a votar, por favor, no dejen de hacerlo. Cada voto cuenta y ustedes tienen que ser protagonistas de esta gesta que le vamos a contar a nuestros hijos y nietos.STEPHANY ECHAVARRÍA, EDITORA INTERNACIONAL EL TIEMPO (GDA)
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