La capital venezolana y otras ciudades del país amanecieron el lunes en medio de nuevas tensiones luego de que manifestantes bloquearon algunas de las principales avenidas en rechazo al gobierno, en medio de la crisis política que lleva tres semanas y ha dejado 12 muertos.
La última víctima fatal de la ola de protestas fue un joven manifestante que falleció el lunes luego de pasar varios días hospitalizado en un centro de salud de la localidad suroccidental de San Cristóbal.
Algunas de las avenidas y autopistas del este y oeste de la capital fueron bloqueadas temporalmente con basura, troncos de árboles y alambrados, lo que generó un fuerte congestionamiento de vehículos.
Cerca de una treintena de policías y guardias nacionales con equipos antimotines salieron a una de las principales autopistas del este la ciudad para tumbar las barricadas y restablecer el tránsito.
El municipio capitalino de El Hatillo, al sureste de la ciudad, fue uno de los más afectados por las protestas debido a que los accesos quedaron completamente cerrados. Centenares de personas debieron lanzarse a las calles a caminar varios kilómetros para poder movilizarse.
El bloqueo de las vías en El Hatillo generó acaloradas discusiones entre los manifestantes y algunos motociclistas y automovilistas que exigían que levanten las barricadas para poder llegar a sus sitios de trabajo.
Al grito de "pueblo escucha, únete a la lucha", manifestantes defendieron su protesta mientras motociclistas amenazaban con tumbar a la fuerza las barricadas y golpear a algunos de los que protestaban.
En otras ciudades del centro y oriente del país también se registraron protestas con bloqueos temporales de vías.
Jimmi Vargas murió en una clínica de San Cristóbal adonde había ingresado tras ser herido durante una manifestación por supuestos guardias nacionales, dijo a The Associated Press en entrevista telefónica Daniel Ceballos, el alcalde de esa ciudad, sin ofrecer más detalles.
Con su muerte se elevaron a 12 los fallecidos en las protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro que ya llevan tres semanas y que han dejado 137 heridos y varios centenares de detenidos.
Universitarios y opositores, esencialmente de clase media, han protagonizado desde comienzos de mes protestas callejeras contra la galopante inflación, el desabastecimiento de bienes básicos y la creciente criminalidad.
Maduro sostiene que las protestas son parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado. Esta es la primera crisis que enfrenta el mandatario, de 51 años, que asumió el gobierno en abril del 2013 luego de la muerte del ex presidente Hugo Chávez.
Algunos miembros del gobierno tienen previsto reunirse este lunes con gobernadores y alcaldes para evaluar la situación en un Consejo Federal.DE AP
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