FUENTE ESTERNA`...Ciudad de Panamá.- Aunque ya cumplió 100 años, el canal de Panamá no deja de impresionar a lugareños y extranjeros que se dan cita en el lugar para ver con asombro cómo las embarcaciones pasan en pocas horas de un océano a otro, trayecto que de manera normal les tomaría semanas.
El paso del océano Atlántico al Pacífico, a través del canal, funciona mediante un sistema de tres complejos de esclusas de dos vías, con 700 toneladas cada una.
Estas esclusas, cuyos nombres son Gatún, Pedro Miguel y Miraflores, elevan los buques al nivel del lago Gatún, a 26 metros sobre el nivel del mar, para permitirles el paso por la Cordillera Central y luego bajarlos al otro lado del istmo, que es el punto más angosto de Panamá y el continente americano.
Tiene una extensión de 80 kilómetros y su paso se toma alrededor de nueve a 10 horas, pero el trayecto por cada esclusa se da en media horas más o menos. Esa es la parte que puede observarse directamente desde el Centro de Visitantes de Miraflores, lugar al que acuden miles de personas al día, incluyendo estudiantes.
“Estas compuertas pesan 700 toneladas, es decir el peso de 300 elefantes cada una. Se abren cuando el agua está a nivel y al abrirse suena una alarma, una campaña anunciando que nadie puede pasar por la baranda. Este proceso dura solamente 10 minutos. El barco buque demora entre ocho a 10 horas en pasar el canal de Panamá de océano a océano”, explica el guía Emalek Mall.
“El paso va a depender del clima, del mismo barco, de la marea; aquí se espera mucho lo que es la marea del Pacífico, porque tanto sube como baja irregularmente, y eso influye. Si hay un mar bueno el naviero va a ir más suave o más rápido, se puede chocar ahí, porque siempre hay bastantes barcos”, agregó Mall.
El agua que se utiliza para subir y bajar las naves en cada juego de esclusas se obtiene por gravedad del lago Gatún y es vertida en ellas a través de un sistema de alcantarillas que se extiende por debajo de las cámaras de las esclusas desde los muros laterales y el central. La operación implica la transferencia de 12 millones de litros de agua dulce por minuto en cada travesía (no puede usarse agua salada). Las esclusas que se usan en la actualidad son las mismas de la obra construida en 1914.
El cruce anual por el lugar es de 14,000 embarcaciones y maneja aproximadamente el 5% de la carga marítima mundial y 16% de la de los Estados Unidos. Coordina 144 rutas marítimas con destino a 1.700 puertos de 160 países. Funciona 24 horas, debido a que le fue colocado un sistema de alumbrado fluorescente en las tres esclusas y en el Corte Culebra, que es su parte más estrecha que tiene una longitud de 12.7 kilómetros. Para operar continuamente, el canal utiliza la fuerza laboral de más de 10 mil hombres y mujeres. Los barcos son remolcados por varias locomotoras eléctricas o “mulas”, que son guiadas por operarios. En cada remolque se usan de cuatro a ocho unidades, dependiendo del tamaño y peso de la embarcación. A la fecha, por la zona han pasado más de un millón de buques de todo el mundo. “La marca fue alcanzada con el paso del Fortune Plum, un buque ganadero el 4 de septiembre de 2010”, explica un guía.
En la mañana los barcos pasan del Pacífico al Atlántico, y en la tarde cruzan del Atlántico al Pacífico. El cruce diurno se reserva para las embarcaciones más grandes (que son los buques).
Desde 1999 Panamá recuperó el control total de la obra, luego de una negociación con los Estados Unidos, las cuales iniciaron en el 1970 y concluyeron en el 1977 con el Tratado Torrijos-Carter, firmado por el presidente estadounidense Jimmy Carter y el jefe de Gobierno panameño Omar Torrijos.
Cobra hasta 400 mil dólares por travesía
El peaje o tarifa debe ser pagado con dos días de anticipación. El costo menor es de 800 mil dólares (los barcos pequeños y veleros) y el mayor puede llegar hasta los 400 mil. La administración del canal no acepta cheques viajeros ni tarjetas de crédito.
No es responsable por accidentes
Las visitas al Centro de Visitantes están abiertas al público desde las 8:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. La tarifa para los extranjeros adultos es de 15 dólares, y de 10.00 para menores de 6 a 12 años. Los residentes pagan US$3; US$2.00 los estudiantes y menores de 6 a 12 años y US$1.50 los jubilados. Además de la terraza de observación, ubicada en el cuarto piso, el lugar cuenta con un museo y un teatro en los pisos inferiores, donde se ofrecen charlas explicativas sobre el canal y se exhiben documentales. En el lugar también hay venta de suovenires relacionados al lugar, como llaveros, vasos, mapas, guías, libretas, lápices, etc. Sus precios oscilan entre los US$5.00 y US$15.00. La boleta para la entrada es válida solamente el día de su adquisición y no es reembolsable. También tiene un aviso en el que señala que la autoridad del Canal de Panamá “no se hace responsable por accidentes ocurridos en sus predios” y “que toda persona ingresa al área bajo su propio riesgo”.
Ampliación del canal
Desde el 2007, la administración del canal trabaja en la ampliación de la obra, la cual añadirá un tercer carril de tránsito y tendrá dos esclusas más, cada una con el tamaño de las dos vías actuales juntas. En la actualidad, los trabajos están avanzados en un 80% y su costo está estimado en 5,250 millones de dólares. Está previsto concluir en 2016. Con la ampliación se profundizarán las entradas en el Pacífico y el Atlántico, se ensancharán y profundizarán los cauces de navegación del lago Gatún y el Corte Culebra. También se pretende que el agua usada sea reutilizada.COPIDO DE EL CARIBE
El paso del océano Atlántico al Pacífico, a través del canal, funciona mediante un sistema de tres complejos de esclusas de dos vías, con 700 toneladas cada una.
Estas esclusas, cuyos nombres son Gatún, Pedro Miguel y Miraflores, elevan los buques al nivel del lago Gatún, a 26 metros sobre el nivel del mar, para permitirles el paso por la Cordillera Central y luego bajarlos al otro lado del istmo, que es el punto más angosto de Panamá y el continente americano.
Tiene una extensión de 80 kilómetros y su paso se toma alrededor de nueve a 10 horas, pero el trayecto por cada esclusa se da en media horas más o menos. Esa es la parte que puede observarse directamente desde el Centro de Visitantes de Miraflores, lugar al que acuden miles de personas al día, incluyendo estudiantes.
“Estas compuertas pesan 700 toneladas, es decir el peso de 300 elefantes cada una. Se abren cuando el agua está a nivel y al abrirse suena una alarma, una campaña anunciando que nadie puede pasar por la baranda. Este proceso dura solamente 10 minutos. El barco buque demora entre ocho a 10 horas en pasar el canal de Panamá de océano a océano”, explica el guía Emalek Mall.
“El paso va a depender del clima, del mismo barco, de la marea; aquí se espera mucho lo que es la marea del Pacífico, porque tanto sube como baja irregularmente, y eso influye. Si hay un mar bueno el naviero va a ir más suave o más rápido, se puede chocar ahí, porque siempre hay bastantes barcos”, agregó Mall.
El agua que se utiliza para subir y bajar las naves en cada juego de esclusas se obtiene por gravedad del lago Gatún y es vertida en ellas a través de un sistema de alcantarillas que se extiende por debajo de las cámaras de las esclusas desde los muros laterales y el central. La operación implica la transferencia de 12 millones de litros de agua dulce por minuto en cada travesía (no puede usarse agua salada). Las esclusas que se usan en la actualidad son las mismas de la obra construida en 1914.
El cruce anual por el lugar es de 14,000 embarcaciones y maneja aproximadamente el 5% de la carga marítima mundial y 16% de la de los Estados Unidos. Coordina 144 rutas marítimas con destino a 1.700 puertos de 160 países. Funciona 24 horas, debido a que le fue colocado un sistema de alumbrado fluorescente en las tres esclusas y en el Corte Culebra, que es su parte más estrecha que tiene una longitud de 12.7 kilómetros. Para operar continuamente, el canal utiliza la fuerza laboral de más de 10 mil hombres y mujeres. Los barcos son remolcados por varias locomotoras eléctricas o “mulas”, que son guiadas por operarios. En cada remolque se usan de cuatro a ocho unidades, dependiendo del tamaño y peso de la embarcación. A la fecha, por la zona han pasado más de un millón de buques de todo el mundo. “La marca fue alcanzada con el paso del Fortune Plum, un buque ganadero el 4 de septiembre de 2010”, explica un guía.
En la mañana los barcos pasan del Pacífico al Atlántico, y en la tarde cruzan del Atlántico al Pacífico. El cruce diurno se reserva para las embarcaciones más grandes (que son los buques).
Desde 1999 Panamá recuperó el control total de la obra, luego de una negociación con los Estados Unidos, las cuales iniciaron en el 1970 y concluyeron en el 1977 con el Tratado Torrijos-Carter, firmado por el presidente estadounidense Jimmy Carter y el jefe de Gobierno panameño Omar Torrijos.
Cobra hasta 400 mil dólares por travesía
El peaje o tarifa debe ser pagado con dos días de anticipación. El costo menor es de 800 mil dólares (los barcos pequeños y veleros) y el mayor puede llegar hasta los 400 mil. La administración del canal no acepta cheques viajeros ni tarjetas de crédito.
No es responsable por accidentes
Las visitas al Centro de Visitantes están abiertas al público desde las 8:00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde. La tarifa para los extranjeros adultos es de 15 dólares, y de 10.00 para menores de 6 a 12 años. Los residentes pagan US$3; US$2.00 los estudiantes y menores de 6 a 12 años y US$1.50 los jubilados. Además de la terraza de observación, ubicada en el cuarto piso, el lugar cuenta con un museo y un teatro en los pisos inferiores, donde se ofrecen charlas explicativas sobre el canal y se exhiben documentales. En el lugar también hay venta de suovenires relacionados al lugar, como llaveros, vasos, mapas, guías, libretas, lápices, etc. Sus precios oscilan entre los US$5.00 y US$15.00. La boleta para la entrada es válida solamente el día de su adquisición y no es reembolsable. También tiene un aviso en el que señala que la autoridad del Canal de Panamá “no se hace responsable por accidentes ocurridos en sus predios” y “que toda persona ingresa al área bajo su propio riesgo”.
Ampliación del canal
Desde el 2007, la administración del canal trabaja en la ampliación de la obra, la cual añadirá un tercer carril de tránsito y tendrá dos esclusas más, cada una con el tamaño de las dos vías actuales juntas. En la actualidad, los trabajos están avanzados en un 80% y su costo está estimado en 5,250 millones de dólares. Está previsto concluir en 2016. Con la ampliación se profundizarán las entradas en el Pacífico y el Atlántico, se ensancharán y profundizarán los cauces de navegación del lago Gatún y el Corte Culebra. También se pretende que el agua usada sea reutilizada.COPIDO DE EL CARIBE
No hay comentarios:
Publicar un comentario