Roy Halladay sentía una pasión tal por pilotear aviones que casi podía equipararse con su amor por el béisbol.
En el deporte, trabajó incansablemente para ser un lanzador dominante, ganar un premio Cy Young en cada liga y lograr un juego sin hit en los playoffs y uno perfecto en la misma temporada con los Filis de Filadelfia.
Cuando la edad le impidió seguir lanzando a un alto nivel, Hallaway se retiró del deporte y abrazó la afición que había ido posponiendo.
Halladay, hijo de un piloto de aviones empresariales, obtuvo pronto su licencia para volar, pese a que su esposa se oponía. El ex pitcher, ocho veces elegido al Juego de Estrellas, cumplió su sueño el mes pasado, al comprar su propia aeronave.Falleció el martes, cuando ese avión privado se estrelló en el Golfo de México. Tenía 40 años.
“Fue un pitcher estelar, una persona estelar, un padre y un hombre de familia estelar”, resaltó David Montgomery, presidente de los Filis, durante una conferencia de prensa.
Cole Hamels, excompañero de Halladay y actual lanzador de los Rangers de Texas, se unió a Montgomery en Filadelfia para recordar al astro de las Grandes Ligas.
“Sabemos que su padre era piloto. Y uno siempre quiere emular a su padre”, dijo Hamels. “Él tenía ese deseo de volar. Era su pasión, y hay que respetar eso. Se preparó para todo. Se tomó esto en serio”.
El alguacil del condado de Pasco, Chris Nocco, dijo en una rueda de prensa en Holiday, Florida, que el avión ICON A5 de Halladay se estrelló alrededor del mediodía cerca de la costa de ese estado. Una unidad de vigilancia marina, dependiente de la oficina de Nocco, respondió a los reportes del accidente y encontró el cadáver de Halladay, en aguas someras y cerca de una zona de manglares.
No se halló a sobrevivientes en el lugar de la tragedia. Sin embargo, la policía señaló que no podía confirmar si había más ocupantes en la aeronave o hacia dónde se dirigía ésta.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) abrió una investigación.
Halladay, quien se retiró después de la temporada de 2013, era un piloto aficionado que solía publicar en las redes sociales fotos y videos relacionados con la aviación.
“¡He soñado con tener un A5 desde que me retiré! ¡Y en la vida real es incluso mejor que en mis sueños!”, tuiteó el 13 de octubre.
La empresa ICON Aircraft había difundido un video en el que Halladay probaba un nuevo avión. Se trataba del A5, un hidroavión de dos plazas, descrito como “ligero y deportivo”.
En el video, Halladay decía que los términos de sus contratos en el béisbol le impedían tener una licencia de piloto mientras estuviera jugando. Relató que, originalmente, su esposa estaba en contra de que operara la aeronave.
“Me ha reñido por eso todo el tiempo”, comentó.
“Luché duro, duro. Estaba totalmente en contra de esto”, indicó Brandy Halladay en el mismo video, antes de explicar por qué entendió y aprobó eventualmente a su marido en su deseo de tener el avión.
La pareja procreó dos hijos, Ryan y Braden.
ICON tiene su sede en Vacaville, California. El 8 de mayo, dos empleados de ICON, el principal piloto de pruebas y el director de ingeniería, murieron por un accidente de un A5 en el condado de Napa, California. El informe de la NTSB señaló como causa probable “la incapacidad del piloto para conservar distancia respecto del terreno mientras maniobraba a una baja altitud”.
Halladay jugó 12 temporadas con los Azulejos de Toronto (1998-2009) y cuatro con los Filis (2010-13). Acumuló un récord de 203-105, con una efectividad de 3.38.
“Estamos aturdidos por la trágica noticia de la muerte a destiempo de Roy Halladay”, dijeron los Filis en un comunicado. “No hay palabras para describir la tristeza que sentimos todos en la familia de los Filis por la pérdida de uno de los seres humanos más respetados en la historia de este deporte”.
Ryan Howard, ex primera base de los Filis, tuiteó: “Un día muy triste. Hemos perdido a un gran jugador y a un mucho mejor ser humano”.
Entre otros jugadores de béisbol que han muerto en accidentes aéreos está el astro puertorriqueño Roberto Clemente, que falleció en la víspera del Año Nuevo en 1972, cuando se estrelló el avión en el que llevaba ayuda a los damnificados de un terremoto en Nicaragua. El cátcher de los Yanquis, Thurman Munson, murió en 1979, mientras piloteaba su avión en Canton, Ohio, y el pitcher Corey Lidle perdió la vida también operando su propia aeronave en Nueva York en 2006.
Halladay fue nominado en varias ocasiones para el Premio Roberto Clemente, otorgado por las Grandes ligas a los jugadores que muestran actitud deportiva y que ayudan a la comunidad. La Fundación Halladay Family ha ayudado a grupos de atención a la niñez, combate al hambre y rescate de animales.
“Muchos de ustedes conocen a Roy como un ganador del Cy Young, futuro miembro del Salón de la Fama, uno de los mejores pitchers en este deporte”, dijo el alguacil Nocco, quien lo conoció personalmente. “Conocemos a Roy como persona, como un marido atento que amaba a su esposa Brandy, que amaba tremendamente a sus dos niños... Y estamos muy tristes por perderlo”.
Con una estatura de 1,98 metros (seis pies y seis pulgadas), Halladay parecía un pitcher de una época anterior. Durable y determinado a completar los juegos, ganó el Cy Young de la Liga Americana en 2003, con una foja de 22-7, y el de la Nacional en 2010, cuando logró un récord de 21-10.
“¿Saben? Si mi carrera iba a ser dos o tres años más breve porque quise lanzar muchos innings en cada juego, no tuve problema”, dijo durante la conferencia de prensa en que anunció su retiro.
En 2011, Halladay formó parte de la rotación de los “Cuatro Ases” en Filadelfia, junto con Cliff Lee, Cole Hamels y Roy Oswalt. Halladay y los Filis cayeron por 1-0 ante San Luis, en el quinto y definitivo encuentro de la serie divisional.
“Para el mundo, Roy era uno de los mejores lanzadores en el béisbol, pero para mí era una inspiración, un gran mentor, compañero y, lo más importante, un amigo”, manifestó Hamels, quien ahora está con los Rangers de Texas. “Su preparación y ética de trabajo ha sido y será por siempre algo que se arraigó en mí. Roy era un hombre de pocas palabras, pero se encendía cuando sus hijos estaban cerca. Su familia y su juego lo eran todo para él, y no habrá un día de mi vida en que no lo eche de menos”.
Halladay lanzó 67 juegos completos, incluidas 20 blanqueadas. En tres temporadas distintas alcanzó las 20 victorias.
Logró su juego perfecto con los Filis el 29 de mayo de 2010, enfrentando a los Marlins de Florida. El 6 de octubre de ese año, frente a Cincinnati en la serie divisional de la Liga Nacional, se convirtió apenas en el segundo pitcher en lanzar un sin hit durante la postemporada. Se unió así al legendario Don Larsen, quien logró juego perfecto con los Yanquis de Nueva York durante la Serie Mundial, de 1956.
Halladay estará en condiciones de que se le elija para el Salón de la Fama en 2019.DE AP
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