Entrevista._ El merenguero Ala Jaza, quien recientemente acudió a los tribunales junto a su exesposa porque ésta supuestamente amenazaba con suicidarse junto a su sus hijos, dijo que los ama y que trabaja para ellos porque quiere que estén bien y que lo vean como un ejemplo de humildad.
“Todo lo que hago es para ellos, no quiero que pasen cosas que yo pasé, mi papá y mi mamá siempre me daban lo que estaba a su alcance”, expresó durante una entrevista que le concedió al comunicador Iván Ruiz, para el programa semanal Énfasis.
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Reveló que entre las dificultades que sufrió, fue la traición, “me traicionó mucha gente” (dijo entre sollozos), entre ellos citó a una tía suya que lo sacó de la casa porque no estaba generando ingresos económicos. Sus padres estaban residiendo en Estados Unidos.
“Es difícil, que personas que tú conoces en tres meses te hagan la película que no es. Eso es terrible, no sé por qué, eran momentos feos y no tenía para comer”, manifestó el artista quien, como según dijo, de rodillas le preguntaba a Dios los motivos de esas vicisitudes.
Expresó que lo que más le duele todo, es que lo hayan abandonado cuando él más lo necesitaba. Sin ocultar sus lágrimas, lamentó que en ocasiones lo único que conseguía para comer era arroz con repollo, cuando tenía parientes que podían extenderle la mano.
Enmanuel Jiménez, nombre de pila del mambero, además manifestó que en los inicios de su carrera muchas personas le decían a su manager que no trabajara con él porque lo consideraban inmanejable y arrogante. Además, lo tildaban de loco cuando hablaba de su nuevo estilo de hacer merengue al que le llama “Mamwali”.
Relató que un día Jesucristo se le presentó frente a su cama y que al quedarse dormido se soñó con un mar de ángeles que lo acampanaban y que Jesucristo le prometió que todo estaría bien, “en dos meses cambió todo”.
“Recibí una llamada de Farruko que me sorprendió”, apuntó.
El intérprete de “Mi forma de ser” se encuentra en pleno proceso para la construcción de una nueva casa para su madre en su natal Jarabacoa.
El muñeco “Tillán”
Sobre su misterioso muñeco Tillán, que siempre lleva a todos lados, dijo que simplemente un día lo compró en una tienda de juguetes y como entiende que no puede confiar en nadie, es a quien le cuenta todas sus cosas.
“A ese muñeco le cuento lo mío y no habla, no pelea, todo el tiempo es risa. Me siento mal cuando lo tiran”, sostuvo.
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