El juez de juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional, José Alejandro Vargas, envió por tres meses de prisión preventiva al sargento de la policía Julio Ángel Díaz Guzmán, acusado de ocasionar la muerte de la estudiante de periodismo Paola Gisselle Rojas Santana.
El magistrado José Alejandro Vargas dispuso que el imputado cumpla la prisión en el Centro de Corrección y Rehabilitación Najayo Hombres.
A la salida del tribunal, Díaz Guzmán se rehusó a comentar sobre los cargos que se le imputan y se mantuvo siempre con la cabeza abajo.
El hecho ocurrió el pasado sábado en el sector de San Carlos, de esta capital.
La fiscalía del Distrito Nacional había solicitado medida de coerción contra el sargento de la policía.
Conforme a la solicitud de medida de coerción, la tarde del pasado sábado Rojas Santana, acompañada de un amigo, se apersonó a un billar en el Ensanche Isabelita de Santo Domingo Este, con la finalidad de compartir con los compañeros de promoción de bachillerato.
Sin embargo, ante la insistencia del sargento Rojas Santana le informó donde estaba, presentándose este al referido billar y pasado pocos minutos de su llegada la víctima se retiró del billar diciéndole a su amigo que "le diera un momento que regresaba de una vez".
Sostiene la instancia que acto seguido esta se marchó con el sargento, persona con quien había mantenido una relación amorosa rota hacia poco tiempo, según testimonio de una amiga y que al salir del establecimiento, se produjo una acalorada discusión, luego de la cual le arrebató el teléfono a Rojas Santana, marchándose del lugar.
Refiere la acusación que Rojas Santana le dio persecución, pero no pudo alcanzarlo, por lo que se presentó a la casa de la amiga en el sector de San Carlos, donde le conto todo lo sucedido.
"En ese momento, la amiga recibió una llamada telefónica del número del teléfono de Rojas Santana, que lo tenía el imputado, quien le confesó lo sucedió", señala la medida de coerción.
En ese instante, Rojas Santana le dice a su amiga que le dijera al imputado que fuera donde se encontraban, llamando a un taxi para que la recogiera a buscar su vehículo que se encontraba en una plaza donde estaban anteriormente.
Señala la acusación que más tarde el sargento policial acudió a la residencia de la amiga, donde conversó, y que en el ínterin de la conversación, el imputado lloró y le mostró a su amiga el teléfono de Rojas Santana, y luego lleno de disgusto lo estalló varias veces a la pared.
"Media horas más tarde regresa Rojas Santana a la casa de su amiga, preguntando por su celular, pero esta no le respondió y al ver su teléfono en el suelo, le reclamó al sargento y se lo arrojo, y le tiro una bofetada a lo que el sargento le infirió un fuerte puñetazo en el lado izquierdo de la cara, cayendo desplomada en la acera frente a la casa", indica la instancia.
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