El colectivo LGTBI avanza a pequeños pasos en la lucha por sus derechos, aunque los asesinatos, la cárcel, las agresiones y la humillación siguen siendo, para muchos de ellos, parte de su día a día en diferentes zonas del mundo.
La legalización hoy del matrimonio entre personas del mismo sexo en Taiwán, en coincidencia con la celebración del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, es uno de esos importantes avances: se trata del primer país de Asia en aprobarlo.
Sin embargo, la realidad habitual para las Lesbianas, Gays, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI) es otra, en particular en América Latina, África y Oriente Medio, donde son discriminados socialmente.
En Brasil, el país del mundo donde se cometen más crímenes contra el colectivo, uno de sus miembros muere de forma violenta cada 20 horas, mientras que en más de una veintena de países africanos hay leyes que penan hasta con la muerte la orientación sexual diferente.
AMÉRICA
En los dos últimos años se registraron 765 homicidios en esa comunidad en Brasil, muy preocupada por la llegada al poder del ultraderechista Jair Bolsonaro y su abiertos discursos homófobo.
"Según agencias internacionales de derechos humanos, se asesinan a muchísimos más homosexuales que en los 13 países del Oriente y África donde hay pena de muerte contra los LGBT", se lee en un reciente informe del Grupo Gay de Bahía, que compila desde hace 39 años estadísticas de crímenes violentos contra el colectivo.
Los asesinatos también son habituales en México, con 501 homicidios contabilizados desde 2013, aunque esa cifra se puede multiplicar por dos e incluso por tres, según organizaciones de defensa de sus derechos, que, eso sí, destacan el aumento de la visibilidad del colectivo en los últimos años.
En EEUU, pese a que los derechos de la comunidad LGBT están cada vez más reconocidos, con el matrimonio entre personas del mismo sexo legalizado ya en 18 estados del país, los grupos conservadores de corte religioso han cobrado fuerza y siguen proclamando que suponen un peligro para el futuro de la familia y el "orden natural" y la discriminación sigue existiendo, sobre todo en las zonas rurales.
Paraguay, junto a Surinam y Guyana, posee el índice de homofobia más alto de toda América, mientras en Venezuela no existe ninguna ley que defienda los derechos LGBTI y con la agudización de la crisis su situación se ha convertido en invisible.
Uruguay no cuenta con datos oficiales sobre agresiones, pero sí con una legislación inédita en Latinoamérica: la Ley Integral para las Personas Trans de 2018, que suma al matrimonio igualitario, legalizado desde 2013.
En Chile, las denuncias y abusos aumentaron un 44 % en 2018, con 698 casos, mientras en Colombia la situación es agridulce porque, a pesar de algunos avances, principalmente gracias a sentencias judiciales, éstos no se traducen en la realidad.
ÁFRICA SUBSAHARIANA
En más de 20 países subsaharianos en los que las leyes castigan la homosexualidad y persiguen a la comunidad LGTBI, los "delitos contra natura", como se denomina a las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, conllevan penas de prisión: desde la cadena perpetua en Uganda o Tanzania hasta los 25 años de cárcel en Ghana.
Además, rige la pena de muerte, en aplicación de la sharía (ley islámica), en Mauritania, Sudán, el norte de Nigeria y el sur de Somalia, según Amnistía Internacional (AI).
No obstante, en los últimos años, algunos países como Angola, Mozambique o Seychelles han despenalizado la homosexualidad, una tendencia a la que Kenia podría sumarse con la esperada sentencia del Tribunal Superior de Nairobi el próximo día 24. Esos artículos, que datan de la época colonial, establecen penas de hasta 14 años de prisión por "conocimiento carnal contra natura".DE EFE
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