Aunque el clerén y otras bebidas de fabricación clandestina se elaboran y consumen todo el año pese a su prohibición, su alta demanda y los procesos para acelerar su fermentación, están provocando en la bebida unos proceso químicos que más que fermentarla, la están haciendo tóxica.
Así lo explica el reconocido gastroenterólogo Alberto Santana, mientras indica que estos procesos, al realizarse de manera clandestina exceden los grados de alcohol aptos para el consumo humano.
“En este proceso se produce un nuevo alcohol que es alcohol metílico, que es muy tóxico para el organismo porque es muy soluble en agua, y una vez entra al cuerpo, el hígado produce una oxidación, y esta oxidación se va hacia los órganos que tienen más agua del cuerpo, el cuerpo tiene un 80 % o un 90 % de agua y se va a los riñones, al cerebro y al globo ocular”, explica el médico.
Indicó que a esta bebida le introducen partes orgánicas de animales, para adelgazarlo lo mezclan con thiner, que este as u vez tiene alcohol metílico y otros componentes tóxicos, el cual lo utilizan para desvanecerle todas las partículas microscópicas orgánicas que adquiere de las tripas o cabeza de pollo que le introducen en el taque para fermentarlo, para que estas de desintegren y esto hace de que la bebida sea trasparente.
“Produce daños en el riñón, en la visión y daños en las neuronas, en el cerebro de aquí que produce un coma, problemas respiratorios y el paciente en unas 3 horas hasta 72 horas, puede morir por la intoxicación de ese alcohol metílico”, añadió.
Estas declaraciones fueron ofrecidas por el especialista, al ser entrevistado el programa El Día, de Telesistema canal 11.
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