El anuncio del presidente Donald Trump de que está infectado con el Coronavirus golpea su campaña electoral para la reelección cuando solamente faltan cuatro semanas antes de los comicios disputados por el candidato demócrata y ex vicepresidente, Joe Biden.
Trump ha sido víctima de lo que tanto negó como el distanciamiento social y el uso de las mascarillas y en cambio ofreció su propio Vademecum, que incluyó productos no autorizados por la FDA, que controla el uso de alimentos y medicinas.
En el menor de los casos, el percance en la salud de Trump le obligará a suspender su campaña en el momento más álgido, o tendrá que recurrir a presentaciones virtuales desde la Casa Blanca, si los médicos no decidieran llevarlo al hospital Walter Reed.
En ese hospital situado en Bethesda, Maryland, no tan lejos de Washington D.C., Trump se ha atendido regularmente como sus chequeos anuales y las pruebas de Coronavirus. Ese es el hospital destinado a recibir a los presidentes para casos mayores.
Los médicos no habían dicho oficialmente nada, pero la Casa Blanca admitió que el presidente tenía fiebre ligera y no se sentía bien, señales que suele dar el coronavirus. Los estrategas buscan que la situación no afecte más de la cuenta su campaña electoral. El anuncio de que el presidente está en cuarentena por el virus ocasionó un sacudimiento en la campaña electoral, con la suspensión de mítines, reuniones de recaudación de fondos y otras salidas, que también afectaría de alguna manera al opositor Biden. Temprano en la mañana de ayer el ex vicepresidente Biden y su esposa la doctora Jill expresaron por twitter sus deseos de que el presidente se recupere, mientras gobernantes de países amigos, como la canciller de Alemania, Angela Merkel, expresaron preocupación.
Otros líderes mundiales como el presidente de Rusia, Vladimir Puttin, el presidente de Brasil, Bolsonaro y algunos presidentes de América Latina que han sido víctimas del coronavirus sin consecuencias fatales, enviaron notas de pronta recuperación.
Trump se contagia
El quebranto de salud del presidente pareció sobrevenir por contagio ya que una de sus asesoras senior, Hope Hicks, quien habitualmente viaja en el avión Air Force One con el presidente dio positivo al virus. A Trump y a Melania, su esposa se les notó abatidos.
Lo que se describe hasta ayer es que el presidente tenía ligera fiebre y su voz quebrada. El hijo de la pareja presidencial, Barron Trump, y otros familiares como su hija Ivanka y esposo están bien.
Trump no es el primer presidente que se ha enfermado de una manera u otra mientras ejercía. Ronald Reagan fue objeto de un atentado en 1981, al salir del hotel Washington Hilton. Fue llevado de urgencia al hospital de la Universidad George Washington por su cercanía. Su vitalidad consiguió en gran medida superar la situación según dijeron los médicos, sin que faltara un mal entendimiento porque el vicepresidente estaba lejos de Washington y su avión de regreso sobrevoló la capital mientras se aclaraba la situación.
En esas circunstancias el secretario de Estado, Alexander Haig se trasladó a la Casa Blanca y cuando la prensa le preguntó, dijo que estaba allí “a cargo” a la espera de la llegada del vicepresidente George H. Walker Bush. El comentario dictó con el tiempo el fin de su carrera.
Venía desde lejos la oposición de Trump al uso agresivo del distanciamiento social y de las mascarillas, porque sabía desde principios de año sobre la gravedad del virus. En su libro “Rabia”, el periodista Bob Woodward revela que en febrero pasado mientras hablaban el presidente restó importancia a la pandemia.
“Rabia” y “Siempre Demasiado y Nunca Suficiente, escrito por la sobrina de Trump, la sicóloga Mary L. Trump, causaron conmoción en los círculos políticos, por la crudeza de los análisis de ambos y el detallado recuento de Mary sobre la vida familiar del presidente.
Los 74 años del presidente y sus 245 libras no lo ayudan a contrarrestar un virus que los médicos han advertido, podría atacar mayormente a personas adultas mayores con problemas del corazón, sobrepeso o diabetes.
Los analistas comenzaron ayer a especular qué pasaría si el presidente empeora, lo que implicaría la transferencia del poder y las claves de la defensa nuclear a Pence. En una crisis de salud de Pence, acompañante habitual de Trump, el mando pasaría a Nanci Pelosi, líder de la oposición en el Congreso
El virus chino
El presidente Trump se burló de las advertencias de los científicos y lo llamó “virus chino”, lo que contribuyó al enfriamiento de las relaciones entre los dos grandes países. Se mofó también del ex vicepresidente Biden, quien ha utilizado la mascarilla todo el tiempo, porque era un aditamento feo.
Trump y Biden debatieron el martes como parte de un programa de tres lidias ante la televisión nacional. Se cree que el temor a perder las reelecciones llevó al gobernante a presentar un comportamiento agresivo que avasalló al moderador Chris Wallace de Fox News.
El percance en la salud del presidente surge en momentos en que las encuestas le dan ventaja entre 2 y 10 por ciento al ex vicepresidente demócrata, que de acuerdo a cálculos preliminares podría conseguir los 270 votos de 538 miembros de los colegios electorales.
Demasiado autosuficiente, Trump no se preparó para el debate. Pasó el fin de semana con el ex gobernador de New Jersey, Chris Christi y el abogado y lobista, Ruddy Giuliani. Al parecer no escuchó consejos. Biden se encerró con asesores en su casa de Wilmington, Delaware y estudió sus estrategias. A los dos líderes le faltarían todavía dos debates que han quedado en veremos.
Independiente del resultado que pudiera tener ese único debate el martes, Pence llegará agobiado por la situación que pasa el presidente. La Harris es una abogada de garras, liberal pero no tanto y defensora de los derechos de las mujeres y de los inmigrantes.
De momento un logro de la campaña de Biden es que el presidente saldrá al menos durante dos semanas del debatir público y se liberará de los puñetazos que el político conservador republicano le ha dado a lo largo de la jornada. El presidente Trump podría salir fortalecido si la situación no va a mayores como ocurrió con el presidente Luis Abinader en República Dominicana y esposa, quienes superaron la infección del coronavirus sin peores trastornos en dos semanas. Al curarse, su popularidad aumentó y ganó.FUENTE LISTIN DIARIO
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