lunes, 16 de noviembre de 2020

La pandemia le quita parte del sabor al béisbol

 

  • La pandemia le quita parte del sabor al béisbol

    Las graderías del Estadio Quisqueya lucen vacías con algunos asientos “ocupados”por un público artificial. GLAUCO MOQUETE/ LD

  • La pandemia le quita parte del sabor al béisbol
Freddy Tapia
Santo Domingo, RD

Sin el bullicio ni la alegría que le agrega la fanaticada a los juegos comenzó anoche la temporada de béisbol a vivir la dura realidad que le ha impuesto la era del coronavirus.

Los Tigres del Licey y los Leones del Escogido se enfrentaron a puertas cerradas en un Estadio Quisqueya Juan Marichal con las gradas vacías, sin el sabor que le da el llamado jugador número diez.

Los inanimados rostros de cartón que ocupan algunos asientos en los palcos bajos intentan tapar algunos huecos y hacer menos fría la transmisión televisiva, pero no ayudan a subir la adrenalina de los peloteros.

Ellos siempre han aplaudido las buenas ejecuciones de sus compañeros, pero ahora sus vítores pueden ser escuchados claramente por los reporteros gráficos y otros miembros que laboran desde la zona de preferencia y en las cabinas de transmisión, así como el personal de seguridad de los equipos y la Liga Dominicana de Béisbol.

Clarísimo se escuchaban también los “¡Striiiiikee!” decretados por Hardlen Acosta, el árbitro principal del encuentro, y también los cantados por algunos miembros de la Liga de Béisbol a los tres lanzamientos de honor realizados por el presidente Luis Abinader aun cuando no todos cayeron en la zona.

“Jugar sin hinchada es como bailar sin música”, escribió en una ocasión el poeta paraguayo Eduardo Galeano (f), quien fue un amante del fútbol.

“Claro que no es lo mismo”, afirmó el cronista especializado en béisbol Dionisio Soldevila, sub-editor del periódico Hoy

“La verdad es que un estadio sin público desanima. El béisbol invernal de República Dominicana, más allá del talento que uno ve normalmente en el terreno, tiene como ingrediente el fervor del público”, destacó.

“Lo dicen los fanáticos, lo dicen los jugadores, los importados, una de las cosas más interesantes de jugar pelota invernal es el fervor, lo caliente que es la pelota dominicana. La forma como se maneja el público”, subrayó Soldevila.

“Sin embargo”, añadió, “esto no lo tendremos por lo menos comenzando la temporada, pero es algo a lo que hay que acostumbrarse. Lamentable la pandemia lo cambió todo, nos cambió todo. La temporada arrancó un 15 de noviembre y no un 13 de octubre, como normalmente ocurría. Es parte de los ajustes que uno debe hacer”.

“Es el tiempo que estamos viviendo. Es nuestra realidad y el béisbol no puede escapar a esa realidad”, argumentó, a su vez Juan Mercado, sub-editor del matutino El Día.

“Lo más importante es valorar el gran esfuerzo que ha hecho la liga, que ha hecho el Gobierno y todos los que están involucrados en el torneo para que se haga”, manifestó esperanzado de que el fanático le apoyará desde su casa siguiendo las transmisiones.

La parte buena
Mercado resaltó que la pandemia posibilitará que participe en la campaña un grupo de jugadores, establecido en Grandes Ligas como los jardineros Víctor Robles y Gregory Polanco, de las Águilas Cibaeñas y los Leones del Escogido, respectivamente; el antesalista Luis Andújar y el lanzador Domingo Germán, compañeros en los Yankees de Nueva York y ahora en los Toros del Este; el receptor Francisco Mejía, de las Estrellas, y el prometedor pitcher Deivi García, también de los Mulos del Bronx, quien en las próximas semanas vestirá el uniforme de los Tigres del Licey, entre muchos otros.

Igualmente, jugarán cotizados prospectos como el infielder Wander Franco y el guardabosque Julio Rodríguez, del Escogido; los serpentineros Albert Abreu y Luis Gil, así como el torpedero Anderson Tejeda, del Licey, quienes jugaron poco en el verano porque el Covid-19 abortó los circuitos minoritarios del béisbol organizado.

“El torneo servirá como una vía de escape para lo que el país y el resto del mundo está viviendo”, puntualizó Mercado.

“La gente tiene que, de alguna manera, distraerse de esta pandemia y qué mejor que se sea como el principal pasatiempo nacional”, manifestó, por su lado, el narrador y coordinador de la Cadena Azul, Ildefonso Ureña.

“Estamos viviendo una época nueva. La pandemia nos ha obligado a reinventarnos, inclusive en la cadena de los Tigres del Licey vamos a utilizar toda la tecnología a nuestro alcance. Vamos a tener zoom, vamos a tener a la gente inter actuando en las transmisiones, estar a la altura de las necesidades”, explicó Ildefonso.

Marino Pepén, un cronista que desde hace años produce junto a su hermano Junior el programa radial “Conversando de Deportes”, en la ciudad de Boston, dijo que los estadios sin vida es una triste realidad que se vivió este año en las Mayores y ahora aquí.

“Qué te puedo decir... un estadio vacío, sin público, ya lo vivimos en Grandes Ligas. Hay que ver si los peloteros tendrán la motivación necesaria porque el público motiva bastante la estamina, la adrenalina de los peloteros”, apuntó.

“Todo eso está por verse, pero lo más importante es que se va a celebrar el torneo pese a la pandemia”, señaló.

“Yo le auguro el mayor de los éxitos porque en el día de hoy nosotros tenemos en el papel quizás los mejores seis equipos de los últimos 20 años de la Liga Dominicana. Que sea por una coyuntura del Covid-19, perfecto, pero eso es lo que tenemos que vivir, el presente, lo que está sucediendo”, enfatizó Pepén.

SEPA MÁS

Ambiente en el play

¡Por fin!
Probablemente por primera vez en la historia, no habrá mercado negro en la periferia de los estadios, al menos mientras se juegue a puertas cerradas. Se trata de un mal que ni la Policía Nacional ha podido erradicar.

Poca vida
Los vendedores de cervas, ron, refrescos, pizzas, pastelitos y demás también brillan por su ausencia.

Inercia
El movimiento de fanáticos en el lobby del parque comprando franelas de sus equipos en las tiendas de los equipos, comestibles o, sencillamente, pasillando es otra de las notable realidades que le quitan sazón al evento.

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