Pablo Miguel Balbuena, conocido también por los alias “Miguel Ortiz y/o La válvula”, se describe como “un tíguere clásico” que, junto a un grupo de personas “brega”, esto es, una atrevida referencia a que realiza distintas actividades para generar ingresos económicos.
Y fueron sus conversaciones telefónicas las que ayudaron al Ministerio Público a identificar el modus operandi de la red desmantelada a través de la Operación Discovery.
Las investigaciones a “La válvula” comenzaron hace alrededor de un año y siete meses, específicamente el 13 de julio de 2020, y su poca discreción ayudó a las autoridades a dar con la red a la que, supuestamente, pertenece.
Según establece el Ministerio Público en su documento acusatorio, Balbuena mantuvo dos perfiles en la red social Facebook, los cuales utilizaba para promover a la organización denominada “La Directiva”.
En esas cuentas publicaba fotos, videos y audios en los que él y otros “ciberdelincuentes” exhiben grandes cantidades de dinero “producto de las extorsiones y estafas cometidas por la citada estructura criminal”, para así atraer a nuevos miembros de la organización.
¿Cómo estafaban?
Los fiscales indican que los involucrados usan una aplicación para realizar las estafas. Desde el país llaman a un número, al azar, a Estados Unidos, bloqueando las direcciones IP para que así no reconozcan su ubicación. Entre sus herramientas mencionan el marcador VICI, el cual selecciona automáticamente un número de teléfono para generar una llamada.
“En calidad de cibercriminales, contactan a sus víctimas desde República Dominicana y hacia Estados Unidos, con la utilización de computadoras, donde utilizan un programa que le permite bloquear las direcciones IP para realizar las estafas”, cita la acusación.
Luego de una estafa de US$25,000, consumada el 4 de septiembre de 2020, descubrieron la forma de operar de la red cuando durante una llamada interceptada por las autoridades detallaban cómo iba a ser el recibo del dinero gracias a la mención de las cuentas en los bancos y direcciones presenciales de enlaces de la red criminal en Estados Unidos.
Un mes después, el 15 de octubre de 2020, “La válvula” se comunica con el comunicador dominicano Chico Sandy y le explica de qué vive: “Oh, yo doy cotorra, yo vivo de la cotorra, de la cotorra, chipiando y jodiendo y dándole cotorra a los gringo para buscarme mi cuarto”.
Con esta expresión, dice el documento depositado en la corte, Pablo Miguel Balbuena se dedicaba a estafar a estadounidenses. Fue durante esa misma conversación que “La válvula” dijo que es deportado, brega y tiene un grupo de personas, además de denominarse como “un tíguere clásico”.
CIFRAS
¿A quién estafaban?
Su público objetivo son los estadounidenses y, en palabras del Ministerio Público, “no tienen piedad para a quién afectar”.
Esta última viene a raíz de una estafa de 20,000 dólares a una señora con una discapacidad que la mantiene en silla de ruedas. Luego de materializado el crimen, lavaban el dinero.
Historia criminal
Balbuena estuvo preso en Nueva York, con una persona identificada como “Emmanuel” y sobre quien habló en una de sus conversaciones telefónicas.
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