martes, 3 de enero de 2023

Abre capilla ardiente Benedicto XVI en la Basílica de San Pedro

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ROMA.- Miles de feligreses hacen fila dentro y fuera de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, para dar el último adiós a Benedicto XVI, el papa que conmocionó al mundo cuando se convirtió en el primero en 600 años en renunciar a su cargo. El pontífice emérito permanece en capilla ardiente desde este lunes 2 de enero y hasta el próximo jueves, cuando está previsto su funeral.

Benedicto XVI es despedido en la Basílica de San Pedro. A las 9 de la mañana, hora local, el Vaticano dio apertura a la capilla ardiente y desde ese momento las personas hacen fila para dar el último adiós al papa emérito, que falleció el pasado 31 de diciembre a los 95 años de edad.

Miles de feligreses esperan para acercarse al cuerpo del fallecido religioso alemán, en una fila que llega hasta la plaza de San Pedro y rodea las columnas de Bernini.

El emérito, que murió tras quebrantos de salud debido a su avanzada edad, según explicó la santa sede, yace sobre un par de almohadas carmesí, frente al altar principal, luego de ser trasladado desde la capilla de los terrenos del monasterio por 10 Caballeros Papales con guantes blancos.

Dos Guardias Suizos se pararon a cada lado del cuerpo, que no llevaba insignias papales como el bastón de plata con un crucifijo o un palio, una banda de tela que se usa alrededor del cuello y que usan los obispos arquidiocesanos.

Miles de feligreses hacen fila frente a la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, para despedir al papa emérito Benedicto XVI, el 2 de enero de 2023.

Fiel y curioso, el público avanzó con paso rápido por el pasillo central para pasar junto al féretro cubierto de tela, después de esperar en medio del frío y la humedad desde antes del amanecer.

“Quería rendir homenaje a Benedicto porque tuvo un papel clave en mi vida y mi educación. Llegué aquí alrededor de las 7:30, después de salir de Venecia anoche”, señaló Filippo Tuccio, un feligrés, de 35 años.

Hasta la Basílica han arribado tanto personas provenientes de distintas partes de Italia como del extranjero.

«Siento que fue un abuelo para nosotros (…) Sé que está en un lugar mejor porque era un hombre santo y dirigía muy bien», dijo a Reuters después de ver el cuerpo, Veronica Siegal, una joven estudiante de 16 años, de Baton Rouge, Luisiana, que se encuentra en Roma para un programa de estudios religiosos, en la Plaza de San Pedro.

Por su parte, Mountain Butorac, un estadounidense que vive en Roma, aseguró que “amaba a Benedicto, desde que fue cardenal”, luego cuando fue elegido papa y también después de su retiro. “Creo que era una especie de abuelo de la gente que vivía en el Vaticano”, resaltó.

El cuerpo de Joseph Ratzinger, su nombre de nacimiento, seguirá expuesto durante un total de 10 horas este lunes y permanecerá así hasta el próximo jueves 5 de enero, cuando está programado su funeral.

Desde 2013, Benedicto XVI se encontraba dedicado a la oración y la meditación y cumplía el rol de pontífice emérito, tras presentar su renuncia en 2013. Una situación casi sin precedentes, al ser el primer líder del Vaticano en tomar esa decisión en 600 años y que atribuyó a su avanzada edad.

No obstante, sus últimos años también estuvieron marcados por escándalos en el seno de la iglesia católica, debido al presunto encubrimiento de casos de abuso sexual por parte de religiosos, como lo señaló un informe publicado el 8 de febrero de 2022.

Aunque Benedicto pidió perdón a las víctimas en nombre de la institución, rechazó las acusaciones de no tomar acción en al menos cuatro casos de pederastia.

“He llegado a comprender que nosotros mismos caemos en esta grave falta cada vez que la descuidamos o no la enfrentamos con la decisión y la responsabilidad necesarias, como sucedió y continúa sucediendo con demasiada frecuencia”, dijo en ese momento el emérito.

Sus palabras fueron parte de una esperada respuesta luego de que en enero de ese mismo año viera la luz el documento de una investigación encargada por la Arquidiócesis de Munich, sobre cientos de denuncias de agresión sexual, ocurridas en el seno de la iglesia entre 1945 y 2019.

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