Incendio de un neumático en Bonao.
Tanto para los convocantes como el Gobierno la huelga que de manera parcial se inició ayer en las 14 provincias del Cibao representa una buena lección.
Los convocantes, aunque definan el movimiento como un éxito, no pueden pasar por alto que hubo localidades donde las actividades no se interrumpieron. En otras, como San Francisco de Macorís, Moca y barrios de Santiago, el paro careció de respaldo significativo.
Paralizar siquiera en un 50% las 24 provincias del Cibao a través de un simple llamado era mucha pretensión. Pero la timidez del movimiento, aunque el sector oficial lo llame fracaso, no es para apresurar conclusiones.
Puedes leer: Un herido durante protesta en San Francisco; Moca y Licey en calma
Es posible que amplios sectores se identifiquen con una buena parte de las demandas de los huelguistas, no así con el método. Las huelgas siempre generan tensiones.
Y si en algunas localidades no se registraron disturbios hay que atribuirlo al intenso patrullaje desplegado para preservar el orden público y garantizar la seguridad ciudadana. Los grupos no pudieron imponer el terror para que el comercio y otros sectores que condenaron la convocatoria cerraran sus establecimientos.
Los resultados sugieren por lo menos una revisión de las huelgas como recurso para presionar a las autoridades en demanda de reivindicaciones sociales y económicas. Pero las lecturas son variadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario