
Según la opinión de Luis Javier, vendedor de vegetales, la luz no está muy buena. “Cuando se va la luz, la gente se va, porque no pueden ver los productos”, dijo.
Este nuevo mercado significa un antes y un después para los comerciantes que vendían en un espacio con poca higiene, donde la basura y los productos podían ser confundidos, y la insalubridad estaba a la orden del día. Los baños y los pasillos siempre están limpios.
“Esto es una maravilla, es una bendición”, dijo don Valeriano, quien vende vegetales en el puesto 02-A. Aseguró que el nuevo local le ha dado la oportunidad de estar en un área limpia, lo que permitirá que personas que no compraban en el viejo mercado, por su mala condición, puedan unirse como clientes.
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