El afán de unos padres por salvar la vida de su hijo de 25 años con insuficiencia renal crónica les llevó a entregarle a una persona que supuestamente le donaría uno de sus riñones para que le fuera trasplantado, sumas económicas que calculan en casi un millón de pesos, para cubrirle gastos en que, según les dijo, incurriría para poder realizar esa labor “altruista”.
La cobertura de gastos que duró por más de nueve meses incluyó dieta alimenticia para bajar de peso y así estar apto para “donar”, gastos de pasajes y visitas a médicos para analíticas, manutención de su hija mientras dejaba de trabajar para hacer diligencias, pago de un seguro de vida, gastos para participar en charlas educativas y dinero para supuestos “sobornos” que debía hacer a secretarias y médicos. Recurriendo a préstamos y deudas, cada petición del “donante” era cubierta por los padres del joven, quienes solo se dieron cuenta del engaño y su magnitud después de la muerte de su hijo ocurrida en febrero pasado sin haber podido someterse al trasplante, al ver que no se acercó luego de su muerte a solidarizarse con ellos y al enterarse que le estaba haciendo una propuesta similar de “donación” a otra familia.
La madre del joven, quien pidió reserva de su nombre por temor a represalias, narró a Listín Diario que todo empezó el día en que salió en el periódico una publicación donde se informaba del caso de su hijo y de la necesidad de apoyo para someterlo a un trasplante de riñón.
Ese mismo día recibió la llamada de esa persona que le dijo que su tipo de sangre era O positivo por lo que era compatible con la de su hijo. Le dijo que vivía en Verón, Punta Cana, y que debía costearle el viaje y los análisis, entregándole al día siguiente, cuando vino, 30 mil pesos. Desembolso que fue sólo el inicio.
Resultó compatible, pero el médico le dijo que debía bajar de peso para poder donar y que cuando lo lograra entonces empezarían todo el proceso legal que implicaba ese tipo de donación, ya que ese procedimiento debía ser aprobado por el Consejo de Trasplante.
Para el primer mes de alimentación en un plan de dieta le entregaron 50,000 pesos, más 38,000 pesos para comprar leche y pañales desechables para su hija, debido a que les dijo que para poder llevar bien el proceso tenía que dejar de trabajar. En el próximo chequeo tenía más libras que en la cita anterior. En septiembre pasado empezó otro plan de dieta para el que le entregaron primero 43,000 y luego 15,000 pesos más.
Mensualmente le decía que tenía que estar participando en charlas en el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (Incort), donde dijo estaba registrado como donante, por lo que tenían que darle cada vez que asistía entre 10,000 y 12,000 pesos. Les había advertido a los padres que no podían ir a ese organismo porque él estaba registrado para ser donante en otro caso y que eso le afectaría el proceso de su hijo.
El joven empezó en marzo del 2016 a presentar dolor de cabeza y alteración en los pies, le diagnosticaron insuficiencia renal crónica, duró ocho meses en tratamiento antes de empezar a ser dializado.
Luego entró a dializarse y tras 10 meses hizo una gravedad, por lo que en abril pasado fue ingresado y permaneció 17 días en intensivos, tras el calvario de esperar la donación, en febrero pasado cayó en estado crítico y tres días después falleció.
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