La guerra comercial entre Washington y Pekín dañará la economía mundial, aunque no tanto la rusa, declaró hoy el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
"Sin lugar a dudas la guerra comercial entre EEUU y China tendrá consecuencias para el 'clima' económico mundial. Se tratará más bien de consecuencias más negativas que positivas", afirmó.
Sin embargo, Peskov aseveró que no vale la pena "magnificar las consecuencias" que tendrá esta guerra comercial para Rusia.
"Nuestra economía se desarrolla ahora de un modo bastante estable desde el punto de vista de los parámetros básicos", dijo, aunque lamentó que "no todo lo rápido que quisiéramos".
Para el portavoz del Kremlin, las medidas emprendidas para estabilizar la economía rusa y prevenir los riesgos "de las turbulencias internacionales comerciales y económicos" están dando resultados.
"La incidencia estabilizadora de las medidas del Gobierno de Rusia es evidente", afirmó.
Rusia no es parte de esta disputa, afirmó al constatar que "Washington y Pekín pueden tener estas guerras comerciales, pero esta no es nuestra guerra".
Según el funcionario, Rusia está interesada "en desarrollar relaciones directas tanto con China como con EEUU", y en ese sentido recordó que el país asiático es "un socio muy importante".
"Ustedes conocen los objetivos ambiciosos de la ampliación futura de la cooperación económica, comercial y de inversiones (con China). También conocen bien el desarrollo positivo del intercambio comercial, que asciende a 107.000 millones de dólares. Con ello nos adelantamos a los planes previstos", indicó.
El funcionario admitió que la cooperación entre ambos países no es ideal y existen problemas, pero esto no impedirá que Pekín y Moscú continúen desarrollando sus vínculos.
Respecto a Estados Unidos, señaló, "las cosas marchan considerablemente peor en el plano de las relaciones bilaterales, aunque el presidente de Rusia (Vladímir Putin) declaró en varias ocasiones nuestro interés en desarrollar los vínculos económicos y comerciales también con EEUU".
Desde hace varios meses EEUU y China sostienen una guerra económica desatada por Washington y que no baja su intensidad pese a los diálogos entre representantes de ambos países.
A mediados de 2018 EEUU y China se impusieron aranceles recíprocos del 25 % a mercancías por un valor de 50.000 millones de dólares.
Luego Washington amplió la medida al aplicar tarifas del 10 % a las importaciones de Pekín por un monto de 200.000 millones de dólares, y el pasado viernes incrementó los aranceles al 25 %.
China respondió con la imposición de aranceles a bienes importados de Estados Unidos por valor de 60.000 millones de dólares.DE EFE
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