En medio de escombros, maquinarias, policías y militares que buscaban “poner orden público” estaban el sábado cientos de familias que visualizaron cómo las viviendas, que en algún momento establecieron en la comunidad de Hato Nuevo, eran destrozadas.
Una madre de tres hijos de edades entre los cuatro y diez años, deambula desconsolada entre los muebles y las “pocas pertenencias personales” que pudo rescatar de una vivienda que alquilaba, mientras una excavadora barría los restos de lo que alguna vez fue un hogar de familia.
“Tengo dos meses viviendo aquí, pagaba 1500 pesos de casa, yo ni sabía de esto, estaba parada ahí cerca de la casa y llegaron ellos a querer tumbar la casa con mis niños adentro. Gracias a Dios me dieron tiempo para sacar a mis niños y mis muebles de ahí”, expresó la mujer, quien no quieso ser identificada, mientras intentaba consolar las lágrimas de unos de sus hijos.
A pesar de haber expresado que no estaba enterada de que se iba a llevar a cabo el desalojo, explicó que en algún momento escuchó decir a algunas vecinas que las autoridades habían dado un mes para deshabitar la zona.
Indicó que escuchó decir a algunas vecinas: “Ellos estaban avisando que iban a venir”, así como el establecimiento del plazo de un mes, sin embargo, al no cumplir con este las autoridades procedieron al desalojo de los moradores del sector.
Así como esta mujer, muchas otras personas de la comunidad mostraban en sus expresiones incertidumbre, enojo, tristeza y confusión sobre la situación que estaban viviendo.
Muchos de ellos, coincidieron en el hecho que no sabían qué hacer o a dónde moverse luego de este suceso.
“Algunos tenemos familiares en otros lugares que nos pueden acoger, pero dime tú del resto de la gente que no tiene ni donde caerse muerto, a donde se va a ir esa pobre gente que además tiene que cargar con niños y muebles”, expresó un morador.
El hombre tenía un colmado y su casa propia en el sector, en la cual había invertido “mucho dinero” ya que la casa había sido construida con ‘blocks’ y cemento “inclusive tenia verjas”.
“Yo tenía mi colmado ahí con mi hermano y en la caja teníamos 25 mil pesos de lo que habíamos ganado en el mes. Desde que estos abusadores llegaron no nos dejaron sacar nada del negocio y se llevaron el dinero que teníamos”, manifestó el comerciante.
Dijo que no sabe qué será de su futuro debido a que “lo poco que tenía” le fue arrebatado, dejándolo varado entre a un montón de escombros en lo que en algún momento fue su hogar.
El desalojo se inició la madruga de este sábado por una orden de Auxilio de Fuerza Pública otorgada por la Oficina del Abogado del Estado ante la Jurisdicción Inmobiliaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario